El Gobierno pide a Puigdemont que gaste el dinero en ambulancias pediátricas y no en conferencias

Cataluña

El Gobierno pide a Puigdemont que gaste el dinero en ambulancias pediátricas y no en conferencias

Carles Puigdemont, presidente de la Generalitat

El delegado del Gobierno cree que la conferencia de Puigdemont en Bruselas no tuvo éxito porque “el 95% de los eurodiputados le dieron la espalda”. El delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, ha pedido a la Generalitat que gaste el dinero en ambulancias pediátricas y no en conferencias sobre el proceso independentista como la que realizaron ayer en el Parlamento Europeo el presidente catalán, Carles Puigdemont; el vicepresidente, Oriol Junqueras, y el consejero de Exteriores, Raül Romeva.
 
«Puigdemont se podría dedicar a visitar pasillos de urgencias hospitalarias y a comprar ambulancias pediátricas”, ha sostenido Millo, que ha subrayado que el Govern llevó una comitiva de 15 personas que gastan unos recursos que se deben dedicar a otras cosas, según ha dicho en una entrevista este miércoles en Catalunya Ràdio recogida por Europa Press.
 
Millo se ha expresado así un día después de que se conociera la muerte de una niña de ocho años en el Hospital Comarcal de la Selva, en Blanes, mientras esperaba la ambulancia pediátrica que debía trasladarla al Hospital Trueta de Girona.
 
Por otro lado, el delegado del Gobierno ha considerado que la conferencia de Puigdemont en Bruselas no tuvo éxito porque “el 95% de los eurodiputados le dieron la espalda” y entre los asistentes había una mayoría de independentistas y muchos invitados no relacionados con el Parlamento Europeo, ha señalado.
 
Preguntado por la carta que el eurodiputado del PP Esteban González Pons envió al resto de europarlamentarios del Partido Popular Europeo (PPE) pidiendo que no acudieran a la conferencia, ha dicho que es “absolutamente normal” porque Pons sólo daba un consejo de amigo y no una orden.
 
 Millo ha criticado el discurso económico de Junqueras en Bruselas, acusando a España de estar en quiebra, y ha ironizado que además del derecho a decidir, el consejero “tiene el derecho a hacer el ridículo”.
 

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