Los vecinos vuelven a rebelarse contra la política urbanística de Carmena

Madrid

Los vecinos vuelven a rebelarse contra la política urbanística de Carmena

Ayuntamiento de Madrid

El movimiento vecinal rechaza que se dé luz verde a un gimnasio impulsado por una entidad religiosa que «pone en riesgo el casco antiguo de Hortaleza». El movimiento vecinal vuelve a ‘levantarse’ contra una actuación urbanística del Ayuntamiento de Madrid, que dirige Manuela Carmena. En esta ocasión, son los vecinos de Hortaleza quienes se movilizan y lo hacen contra la construcción de un gran gimnasio privado en la Plaza de la Iglesia de San Matías que “impulsado por una organización religiosa” consideran “pone en riesgo el casco antiguo” ya que –tal y como la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM)- supondrá el derribo de una decena de edificios, algunos con más de 150 años de antigüedad.

Explican desde la plataforma recientemente creada que detrás del proyecto -que incluye la construcción de un nuevo local de mil metros cuadrados con piscina, cafetería, tienda y 300 plazas de garaje subterráneo- se encuentra la Congregación Religiosa de San Vicente de Paúl, propietaria de los terrenos” e indican que “la entidad eclesiástica ha cedido el desarrollo del nuevo negocio a la empresa Ingesport, que bajo la marca Go Fit explota actualmente algunos polideportivos municipales privatizados de la capital como el de Vallehermoso”. Y aseguran que “buena parte de los habitantes de la zona rechaza un proyecto que no solo es “absolutamente innecesario” sino que supone una auténtica agresión “al patrimonio histórico del casco antiguo de Hortaleza”.

Los vecinos, según señala la FRAVM, se quejan del “sigilo” con el que el pleno del Ayuntamiento de Madrid aprobó el pasado 25 de mayo un Plan Especial de Urbanismo que permitirá a la congregación de San Vicente de Paúl (Los Paules), convertir los edificios que rodean la Plaza de la Iglesia de San Matías, corazón del casco histórico del pueblo de Hortaleza, en un gimnasio con piscina y aparcamiento subterráneo, «una propuesta fue aprobada con los votos a favor de Ahora Madrid y del PP y a la que PSOE y Ciudadanos votaron en contra».

El “sigilo” con el que el Consistorio aprobó esta operación urbanística que “lleva dando vueltas por el Ayuntamiento” desde el año 2014” -siempre según esta federación- provocó que muy pocos habitantes de la zona se enteran de dicha actuación e impidió a los vecinos presentar alegaciones por lo que, a mediados del mes pasado, decidieron crear la Plataforma en Defensa del Casco Antiguo de Hortaleza, con el fin de paralizar, en la medida de lo posible, el impacto del proyecto del macro complejo.

Hasta ahora, la plataforma ha iniciado una campaña de recogida de firmas en change.org, han pegado carteles, e impartido charlas informativos en el barrio, además de celebrar una concentración en la plaza el pasado 23 de octubre.

Pero, el colectivo ciudadano no está dispuesto a dejar las cosas ahí y el pasado viernes, en una reunión plenaria, decidió dar un nuevo impulso a la movilización en la calle a la par que trata de abrir una vía de negociación con el Ayuntamiento.

De momento, la negociación con el Ayuntamiento no parece estar dando frutos -a tenor de lo que afirman los miembros de la plataforma- que explican que Javier Díaz Muñoz, uno de los portavoces del colectivo, la vicepresidenta de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) y miembro de la Coordinadora de Entidades de Hortaleza, María del Carmen Lostal, y el responsable de Urbanismo y Vivienda de la FRAVM, Vicente Pérez Quintana, mantuvieron un encuentro el pasado lunes 7 de noviembre con el delegado del Área de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, “sin lograr avance alguno”.

Precisando que el concejal José Manuel Calvo “se limitó a defender la legalidad de la operación y a estudiar, para solventarlos, los problemas de movilidad que puede generar en la zona la apertura de las 300 plazas de garaje del complejo de ocio así como a garantizar la conservación, si los hubiera, de restos arqueológicos que puedan aparecer en el subsuelo como resultado de las obras”.

La respuesta municipal no convence a la plataforma vecinal que avisa que “más allá de las consecuencias negativas en la movilidad de la zona, la operación supone un atentado contra el patrimonio arquitectónico y cultural del distrito”. Advirtiendo que a pesar de que “la plaza de la iglesia se mantiene intacta desde el siglo XIX, y es uno de los pocos vestigios del antiguo pueblo que fue nuestro barrio, las obras del gimnasio acabarán con dos edificios anteriores a 1870, supondrán la tala de árboles y tendrán un gran impacto visual en el entorno”, subrayando que, además, “el nuevo gimnasio ocultará la iglesia neomudéjar de San Matías, uno de los iconos de nuestro distrito”.

Y es que como alertan desde la FRAVM, “si la movilización de la vecindad no lo impide, un inmenso gimnasio privado reemplazará en breve una decena de edificios del casco antiguo de Hortaleza. La acogedora y centenaria plaza de la iglesia de San Matías se verá entonces transformada con el surgimiento de un inmueble que sin duda romperá la armonía arquitectónica del lugar.
 
El frente abierto por los vecinos de Hortaleza contra los planes de la congregación San Vicente de Paul de abrir un gimnasio no es el único que tienen activo el equipo de gobierno de Carmena en materia de protección del patrimonio histórico, ya que también se ha creado una plataforma que rechaza los planes del Ayuntamiento de Madrid para el futuro del Frontón Beti-Jai de Chamberí, declarado monumento del patrimonio histórico de España y Bien de Interés Cultural, un proyecto al que se oponen por creerlo “nefasto” para su conservación.

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