Un mando de la Guardia Civil de Melilla pide armas largas para disparar a motores de pateras

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Un mando de la Guardia Civil de Melilla pide armas largas para disparar a motores de pateras

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La Asociación Unificada de Guardias Civiles rechaza este tipo de presiones sobre el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS), que acumula ocho bajas en un año. La delegación en Melilla de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ha tenido conocimiento a través de escritos recibidos anónimamente “de unos hechos muy graves que de ser ciertos podrían incluso rozar la ilegalidad y que se vienen sucediendo desde hace ya dos años”: el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) es el encargado, entre otras cosas, de la interceptación de las pateras que intentan acceder a Melilla, así como de rescatar a aquellos que vienen a nado. Según la AUGC, “desde la llegada hace dos años del mando que actualmente la dirige, un suboficial, se viene ejerciendo una presión constante sobre los agentes que componen esta unidad en Melilla”.

Según el colectivo, se han recabado denuncias contra el mando del GEAS respecto “a todo tipo de irregularidades”: “Una de las que llama más la atención es la de la petición por parte de este suboficial de material antidisturbios como pelotas de gomas, botes de humo, armas largas, armas de gran calibre, etcétera, para llevarlas en la embarcación”. Según la plataforma, se trata de algo “que roza lo ilógico después del trágico incidente que ocurrió en Ceuta”.

“Estamos hablando de un grupo de rescate y no de un grupo de reacción antidisturbios”, recuerdan los Guardias Civiles, que critica además que la Comandancia ha facilitado ese material. Después de que 15 migrantes murieran en 2014 en El Tarajal, Ceuta, tratando de alcanzar costa española mientras efectivos de la Guardia Civil lanzaban pelotas de goma y lacrimógenos, el cuerpo dio orden de no usar este tipo de material en el agua.

El colectivo también se hace eco de insinuaciones, por parte de este suboficial, de dar orden para disparar a los motores de las embarcaciones de inmigrantes si éstas no detienen su marcha cuando tenga en su poder el arma larga solicitada al órgano competente. “Una auténtica barbaridad ante la que la Comandancia debería actuar inmediatamente, cesando en su cargo a este mando antes de que alguien resulte herido y luego nos tengamos que lamentar”, manifiesta la AUCG.

Los mismos testimonios acusan al mando de usar las cámaras de vigilancia destinadas al control de las embarcaciones y las instalaciones para controlar a los efectivos que se encuentran de servicio, “algo que está prohibido pues esas cámaras no están para tal fin”. Además, denuncian que el suboficial “irrumpe en las dependencias del Geas a altas horas de la madrugada aporreando la puerta y gritando, causando situaciones de estrés y ansiedad entre los compañeros”.

Recuerdan que el GEAS puede ser activado a cualquier hora del día y para ello deben de estar en plenas condiciones físicas y mentales, pues se someten a situaciones límite y de rescate donde deben emplear los cinco sentidos. “En cambio, este suboficial les hace realizar constantes salidas durante la noche sin amenaza alguna, por lo que en caso de intervención cuando sean llamados no estarán en plenas facultades, poniendo en peligro tanto sus vidas como la de las personas a las que vayan auxiliar”.

Las quejas no acaban ahí: la AUGC recuerda que en una ocasión obligó a dos efectivos que estuvieron de servicio navegando toda una noche a realizar una inmersión al finalizar el turno: “Algo tremendamente peligroso pues se aconsejan mínimo ocho horas de descanso antes de realizar una inmersión. Según parece no le importó lo más mínimo poner en peligro la vida de esos dos buceadores”, denuncian.

El balance de esta situación es notorio: ocho efectivos han abandonado la unidad en un año, según la plataforma para la defensa del colectivo de Guardias Civiles, que no pueden asociarse sindicalmente. “Cosa que extraña bastante pues el Geas es una especialidad de las más solicitadas a nivel nacional y de las de acceso más difícil”, considera AUGC.

Más allá de las denuncias citadas, acusan a este suboficial de amenazar a los agentes con enviarlos a una reválida para que pierdan la condición de buceadores o obstaculizar que concursen por vacantes; de realziar el cuadrante de servicio de forma arbitraria o de un comportamiento altivo que ha provocado incidentes con la Autoridad Portuaria, Salvamento Marítimo, Capitanía Marítima, y el Club Marítimo, “donde se han perdido las buenas relaciones que esta unidad tenía con esas instituciones”.

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