La infanta basa su defensa en la confianza a Urdangarin y en su desconocimiento sobre Aizoon

Caso Nóos

La infanta basa su defensa en la confianza a Urdangarin y en su desconocimiento sobre Aizoon

    Infanta Cristina

    “Mi marido era el administrador y tomaba él las decisiones, siempre asesorado por su asesor fiscal”, ha declarado en el juicio sobre el caso Nóos. Tras negarse a declarar ante las preguntas capitaneadas por Manos Limpias, la infanta Cristina se ha enfrentado al interrogatorio de su abogado Pau Molins. Un turno que ha llegado después de que la Fiscalía haya decidido no realizar preguntas. La intervención del letrado, al que la jueza del caso le ha llamado la atención por proporcionarle información en las cuestiones, ha sido dirigida para conocer el papel de la acusada en la empresa Aizoon. Unas respuestas de la hija de Juan Carlos I que han tenido un protagonista: Iñaki Urdangarin. “Por confianza a mi marido” ha sido la frase sobre la que ha girado su defensa para explicar su relación con la empresa.

    “Entré [a Aizoon] por confianza. No tenía prohibición de la Casa Real. Me asesoré con Carlos García Revenga y él con Federico Rubio”, ha argumentado la infanta Cristina en relación a los primeros pasos que constituyó la sociedad. A pesar de ser copropietaria de la compañía, porque su marido se lo pidió y ella aceptó, tal y como ha asegurado, la acusada ha defendido que “no tenía ni firma ni poderes”, así como que “nunca” ha dado instrucciones “a nadie en cuanto a Aizoon”.

    Mi marido era el administrador y tomaba él las decisiones siempre asesorado por su asesor fiscal”. De esta manera se ha desentendido de cualquier responsabilidad con los delitos que sobrevuelan sobre el caso. Una infanta que también ha negado cualquier cuenta en paraísos fiscales: “No tengo cuentas en paraísos fiscales. Ahora sí tengo una cuenta en Suiza ya que resido en Suiza”.

    En cuanto a sus firmas en las actas, parte importante de la acusación, la confianza ha vuelto a ser el motivo que le llevaba a plasmar su rúbrica. Unos encuentros con el resto de directivos a los que nunca ha asistido, según su declaración. Una línea argumental continuista con la defensa que tomaron sus abogados desde que comenzó el proceso cuando defendieron sus hechos ya que “la fe que emana de un amor incondicional […] forman el material que la aisló a la infanta Cristina de un entorno de dinero negro, facturas falsas y otras trampas”.

    El desconocimiento de la infanta sobre los asuntos que tenía entre manos su marido en la empresa era total, según ha afirmado ante las preguntas de su abogado. “Mi marido y yo no hablábamos de esos temas, nunca me comentó los ingresos y gastos de Aizoon. En esos años mis hijos eran muy pequeños y estábamos muy ocupados”, ha asegurado. A pesar de la falta de relación en el tema laboral, la acusada ha sentenciado que confía “plenamente en la inocencia” de su esposo ante los delitos fiscales que se le imputan: “Confío absolutamente en él y en que siempre ha estado bien asesorado”.

    Una declaración donde, a pesar de que en esta ocasión no ha utilizado la frase “no me consta”, como sí hizo ante el juez instructor hace dos años, Cristina de Borbón ha continuado esa línea de desconocimiento hasta en el caso de si trabajaba alguien más en la sociedad: “No sé si Aizoon tenía trabajadores. No sabía qué relación laboral tenían con mi marido o de qué manera”. Otro de los asuntos que desconocía era si alguien visitaba su domicilio para reunirse por negocios con su marido: “Si alguien entraba yo no los veía, yo salía temprano por la mañana con mis hijos y no veía quien entraba y salía”.

    Respecto a los gastos, Cristina de Borbón ha negado que entregase recibos o facturas a los escoltas o a la secretaria de Urdangarin para que las contabilizasen a la cuenta de Aizoon. De hecho, la infanta ha sostenido que ni siquiera “disponía de la tarjeta, la custodiaba él”, en referencia a su socio.

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