Alberto Garzón se aferra a la vía de la unidad popular pese al aluvión de críticas internas

Alberto Garzón se aferra a la vía de la unidad popular pese al aluvión de críticas internas

    Alberto Garzón, candidato de IU a la presidencia del Gobierno

    “Me importa bien poco que las candidaturas de Unidad Popular hayan sacado más o menos votos que las de Podemos o IU en solitario» El daño de los puñales cada vez más evidentes y profundos en la espalda del candidato de Izquierda Unida a la Moncloa, Alberto Garzón, se suma a la neurosis que para muchos significa la bicefalia Cayo Lara – Garzón en la directiva federal. Comienza una semana clave para la formación, que el próximo viernes celebra una Presidencia Federal en la que el diputado malagueño volverá a formular su propuesta de unidad popular de cara a las elecciones generales.

    “Me importa bien poco que las candidaturas de Unidad Popular hayan sacado más o menos votos que las de Podemos o IU en solitario. No me parece ese el debate”, escribe hoy en Público Alberto Garzón, que entiende que “Ahora Madrid, Zaragoza en Común, la Marea Atlántica o Barcelona en comú sí son constataciones de que la Unidad Popular es el instrumento necesario”.

    Pero aquel “miserable” que Raquel López, candidata de IUCM al Ayuntamiento de Madrid, dedicó a Garzón apenas unas horas después de los comicios no ha sido el único ataque directo al líder de IU. Luis García Montero, el poeta que intentó amortiguar la esperada derrota del partido en la Comunidad de Madrid, sin conseguirlo, acusa al candidato y “a una parte” del Partido Comunista de“hundir Madrid para seguir una estrategia de política interna”.

    Madrid no es el único frente en llamas. Aunque con unas críticas más taimadas, el frente liderado por Gaspar Llamazares, Izquierda Abierta, apuntaba hacia el sector más cercano a Garzón como responsable de los malos resultados del partido a nivel autonómico. Aunque el comunicado de Izquierda Abierta no incluía nombres, el ataque fue bastante claro, denunciando la “nefasta política de comunicación, caótica política de convergencia e irresponsable e imprudente actitud de dirigentes federales que deslegitimaban candidaturas de IU”. El grupo de Llamazares entiende que “no puede confiar en dirigentes que apoyan otros proyectos”.

    Los ataques directos a su política de convergencia con otros partidos o bajo paraguas de unidad popular no parece amedrentar a Garzón sino más bien lo contrario. El candidato critica que las preocupaciones tácticas de un partido deban protagonizar el debate, porque “sin Unidad Popular, sin mareas y sin candidaturas populares, el capitalismo se reajustará sobre la base de nuevas y dolorosas medidas contra la gente y el medio ambiente”.

    “La Unidad es necesaria no para las formaciones políticas y sus miembros, como maquinarias burocráticas o burócratas, sino para la gente y sus aspiraciones de vivir bien”, concluye el líder de IU, que cree que el debate debe ahora centrarse en el funcionamiento de las nuevas plataformas: “¿Cómo van a poder resistir las candidaturas de unidad popular la reacción del poder económico? ¿qué tipo de coordinación popular necesitamos para desarrollar nuestros proyectos rupturistas? ¿con qué cuadros y personas con preparación se cuenta para todo el proyecto? Todas estas preguntas, que son las verdaderamente cruciales, están demasiado abandonadas en beneficio de los cálculos electoralistas”.

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