El exministro de Justicia, en una entrevista a Vanity Fair concedida hace un mes, criticaba que se haya producido “un desafecto en relación con Rato que a mí me parece injusto”. “Es una persona responsable como he conocido pocas. Cuando asume una responsabilidad, la lleva con intensidad y autoexigencia”. Alberto Ruiz-Gallardón se refería con estas palabras a su “buen amigo” Rodrigo Rato en la entrevista que hace un mes concedía a Vanity Fair y que ahora ve la luz.
El exministro de Justicia defendía a capa y espada a su antiguo compañero en el PP semanas antes de que se produjera su detención y posterior puesta en libertad, así como el registro en su vivienda y su despacho. “Rodrigo es una persona que ha demostrado tener múltiples capacidades, tanto para la gestión pública como para su actividad privada”, afirmaba el que fuera alcalde de Madrid, que también destacaba que “en la vida, sobre todo cuando se está en espacios económicos y empresariales, se asumen riesgos”.
Gallardón, en la mencionada entrevista, manifestaba que a Rato se le había hecho “una condena previa paralela por quien no puede condenar” y defendía que se dejara actuar a la Justicia. “Los tribunales son los únicos que, en su caso, podrían establecer algún tipo de reproche. Me niego a entrar en el juego de sustituir a los jueces y tribunales de justicia en la absolución o condena de ningún español”.
Asimismo, el exalcalde negaba que el que fuera director general del FMI se esconda en su día a día y recordaba que “la última vez que salimos a cenar yo le pedí que fuera en un restaurante. Él estuvo de acuerdo. Y no nos vimos en un reservado”.
Semanas antes de que el exvicepresidente económico fuera investigado por fraude fiscal, blanqueo de capitales y alzamiento de bienes, Gallardón criticaba que, “al margen del reproche que a determinadas acciones de gestión pudiera establecer un tribunal”, “se ha producido un desafecto en relación con Rodrigo Rato que, humanamente, a mí me parece injusto”.
Y es que, el que fuera titular de Justicia explicaba que Rato “jamás abandona a su gente, jamás” y se definía como “buen amigo de Rodrigo y, desde luego, en mis momentos malos él ha estado cerca. No es de las personas que te llama el día que tomas posesión del cargo, es de los que llaman el día que cesas”.
