Soledad Becerril recuerda a la alcaldesa que los chabolistas no lo son por su voluntad y le pide que cumpla la normativa internacional humanitaria. La Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, ha reprochado al Ayuntamiento de Madrid, que dirige Ana Botella, los desalojos llevados a cabo en el núcleo chabolista El Gallinero en horas nocturnas o en condiciones de frío extremo.
En su informe anual, y según informa Europa Press, la institución detalla que las quejas que le llegan se refieren a la actuación de las administraciones en lo referido a cómo se ejecutan los desalojos de población chabolista que vive en condiciones muy precarias, personas en su mayoría menores de edad.
Las sugerencias que han hecho llegar al Consistorio pasan por la “notificación previa a los afectados de la fecha del desalojo” y el “cumplimiento de las obligaciones contempladas en la normativa internacional humanitaria, que el Ayuntamiento considera escrupulosamente atendida” pero no el Defensor del Pueblo. “Hay quejas por desalojos realizados en horas nocturnas o en condiciones de frío extremo”, explica en su informe.
La Defensora expone que demoler chabolas afecta a personas “que no están en situación ilegal por su sola voluntad ni deliberadamente”. Los núcleos chabolistas “se encuentran al margen de toda normativa pero también en el sentido de que es población marginada”.
Y denuncia Becerril que “la ocupación de infraviviendas deriva de una necesidad extrema. En estos casos se está aplicando por las administraciones una legislación pensada para situaciones no extremas sino para situaciones normales de ocupación ilegal del suelo”.
