El derecho a la intimidad no se daña si la conversación trata sobre temas empresariales.
Grabar a tu jefe con el móvil, mientras te sanciona o te despide, a pesar de que sea en contra de su voluntad, es legal y no atenta contra su intimidad ni contra el secreto de las comunicaciones, según una sentencia de la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo.
Esta resolución judicial emitida este miércoles apoya la determinación tomada anteriormente por la Audiencia Provincial de Vizcaya y desestima la demanda presentada por el dueño de una empresa hacia una de sus empleadas por dañar su derecho a la intimidad, al grabarle con su teléfono móvil, mientras este la suspendía de empleo y sueldo.
Paralelamente, los implicados en el juicio ya se hallaban en disputas, porque la empleada consideraba que su superior la sometía a un hostigamiento laboral continuado, incluyendo agravios tanto verbales como escritos.
Por ello, el magistrado del Tribunal Supremo, Rafael Sarazá, considera que la acción de grabar al apoderado de la entidad no supone una intromisión en la intimidad del dueño y añade que es “una nota de razonabilidad a la conducta de la demandada”, revocando así la petición del empresario de recibir una indemnización de 3.000 euros por los daños causados.
Y es que, la conversación no aportaba contenido referido a la intimidad del demandante, solamente se refería a su actividad empresarial y al ejercicio de sus facultades disciplinarias como alto directivo de la empresa.
