El presidente de la Comunidad de Madrid asegura que es poco partidario de prohibir: «Nosotros trabajamos para que que la gente elija libremente». La última decisión de la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, de restringir el tráfico en el centro de la capital a partir del año que viene, no ha sido muy bien recibida por los sus compañeros de partido. El presidente de la Comunidad, Ignacio González, ha afirmado este lunes que es «poco partidario de prohibir las cosas» y que el hecho de que la Madrid tenga un «extraordinario» transporte público «no es incompatible» con que los ciudadanos «puedan hacer uso de su libertad utilizando su coche».
El mandatario regional ha dicho en Las Rozas, tras visitar una empresa desarrolladora de aplicaciones móviles, que le parece «bien la lucha por la defensa del medio ambiente» y que «se quieran tomar medidas para aminorar las contaminaciones en los grandes núcleos urbanos», pero que eso es «perfectamente compatible con seguir manteniendo la movilidad de los ciudadanos a libre elección».
«No soy partidario de medidas que son limitaciones a los ciudadanos y que son vías de exceso a sanciones», ha concluido González. Las infracciones, vigiladas por 22 cámaras de seguridad, serán castigadas con 90 euros de multa.
Curiosamente, la última medida de Ana Botella ha recibido menos críticas desde la oposición. El portavoz socialista, Jaime Lissavetzky, ha señalado esta mañana que “les parece bien, pero espero que vaya acompañada de un estudio lo más razonable, racional y lógico que beneficie a los ciudadanos y no sea una medida electoralista”.
Mientras tanto, la concejal de IU Raquel López ha aplaudido la propuesta municipal, pero ha recordado que llevaban reclamando desde hace años esta medida y que llega “tarde”. “Desde 2010 Madrid incumple los parámetros de contaminación fijados de la Unión Europea y aún no sabemos el dinero que va a costar la sanción”, ha recordado López, quien también ha añadido que esta medida tiene que ir acompañada de otras que fomenten el transporte público.
