Hacienda ‘perdonará’ 261 millones a las socimis, un 61% más que hace un año

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Hacienda ‘perdonará’ 261 millones a las socimis, un 61% más que hace un año

El proyecto de Presupuestos Generales confirma que los beneficios de estas sociedades de inversión en inmuebles en alquiler que tributan al 0% se han disparado en 2017.

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    Justo el día en que Témpore Properties, la socimi del llamado “banco malo”, debuta en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB), los Presupuestos Generales del Estado confirman que este mecanismo para reactivar el ladrillo ha sido toda una bicoca para los inversores.

    Las Sociedades Cotizadas de Inversión Inmobiliaria (socimi) han dejado la huella de su éxito en los beneficios fiscales que recogen las cuentas de Cristóbal Montoro. Este apartado incluye lo que deja de ingresar el Estado por exenciones, deducciones o bonificaciones de impuestos. En concreto, el Ejecutivo prevé ‘perdonar’ este año 618 millones de euros por los “tipos reducidos de gravamen”, casi un 61% más que el año pasado.

    Ese fuerte aumento en la ‘no recaudación’ de algunas tipologías de Impuesto de Sociedades “se debe especialmente a la aportación de las socimi, cuyo beneficio fiscal en 2018 se estima en 261 millones de euros”, revela Hacienda.

    El proyecto presupuestario de Mariano Rajoy confirma “la notable expansión que están experimentando dichas sociedades, tanto en su número como en el volumen de sus resultados contables”, y señala dos motivos: la reforma de la ley de las socimis que en 2013 relajó generosamente sus requisitos y “la mejora del mercado inmobiliario y una mayor demanda de bienes inmuebles en régimen de alquiler”.

    Estas sociedades están exentas de pagar el Impuesto de Sociedades. Además, disfrutan de una bonificación casi total (95%) del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados.

    Se crearon en 2009 para reactivar la inversión inmobiliaria mediante sociedades cotizadas centradas en la compra y rehabilitación de inmuebles urbanos destinados al alquiler y que pudieran ofrecer a sus accionistas determinada rentabilidad en base al mercado del arrendamiento.

    Pero su despegue real en España no llegó hasta 2014, tras la modificación de la ley que relajó los requisitos para constituirse como socimi con expectativas de suficientemente golosas.

    Tras aquella reforma, las socimis sólo debían esperar al tirón de la demanda y el fuerte repunte de los precios (especialmente en Barcelona y Madrid) para hacer caja con la vivienda en alquiler sin pagar, prácticamente, ningún impuesto.

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