Fiebre por la deuda periférica: los inversores comienzan a pagar intereses por los bonos españoles

Deuda pública

Fiebre por la deuda periférica: los inversores comienzan a pagar intereses por los bonos españoles

Tesoro Público

La fiebre por la deuda periférica va más allá. La demanda de papeles españoles es tan alta que dos emisiones ya le salen rentables a las arcas públicas españolase, que pasan de pagar a cobrar intereses. El repunte de precios en el mercado de deuda soberana se apunta un nuevo hito. Este martes, algunas emisiones del Tesoro Público español han logrado marcar rentabilidad negativa, una circunstancia hasta ahora reservada a las economías más saneadas de la Eurozona. En adelante, los inversores pagarán intereses a las arcas públicas españolas por depositar dinero en sus papeles.

Los inversores consideran que el golpe de efecto definitivo para conseguir un hito con el que hace unos meses pocos se atrevían a coquetear ha sido el regreso de Grecia a los mercados mayoristas. Sólo unos días han pasado desde que Atenas consiguió encontrar dueño para papeles a cinco años con rentabilidades inferiores al 5% gracias a una demanda que superó en casi 10 veces el importe ofertado. La progresiva y sostenida mejoría de la prima de riesgo española a golpe de reformas y recortes a este lado de los Pirineos se ha acelerado desde entonces.

En concreto, las emisiones que han conseguido marcar rentabilidades negativas han sido las que cuentan ya con vencimientos más inmediatos: al término de este mes de abril y el próximo mes de octubre. En cada caso se han llegado a ver tipos del 0,1% y del 0,24% a favor de las arcas públicas españolas, respectivamente.

Esta circunstancia se debe a que los intereses pagaderos se mueven en contra de los precios de cotización de los bonos y letras: a más demanda y subida de cotización, menores son los intereses a satisfacer por las arcas públicas en busca de financiación. Tanto que la ecuación puede darse la vuelta, como es el caso, y resultar favorable para el emisor, mientras que los tenedores de los bonos pagan intereses por tenerlos en cartera.

Desde las mesas de las casas de análisis se apunta también al último discurso del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, como otro de los motores de este insólito escenario. Este efecto suele denominarse ‘caja fuerte’ y se da cuando los inversores perciben muy bajo riesgo al depositar su dinero en un activo concreto de deuda, como son los más habituales casos de Alemania y Suiza, que con cierta recurrencia logran incluso rentabilidades negativas en las emisiones primarias de deuda, antes incluso de su negociación en los mercados secundarios.

No obstante, los gestores se muestran críticos con este movimiento del mercado de bonos y lo atribuyen más a movimientos especulativos puntuales que a una convicción generalizada de fondo. A pesar de la distensión del mercado y del mensaje de decidido respaldo del BCE, para muchos es difícil de explicar que la quebrada Grecia consiga colocar bonos con tantas facilidades y mientras España sigue lidiando con un déficit público desbocado reciba intereses por sus papeles de deuda.

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