La debacle bursátil de Bankia aún no ha tocado fondo según los expertos y las pérdidas ya son más que multimillonarias. Desde el debut bursátil de la entidad allá por julio de 2011, los inversores minoristas para los que se reservó un 60% de la colocación habrían perdido ya la friolera de 4.418,95 millones de euros de no haber vendido todavía.
Aunque el número de inversores que acudieron a la llamada de Rodrigo Rato a la hora de colocar a Bankia en el parqué es difícil de precisar, sí se tiene constancia de que un 60% de las acciones del maltrecho banco se colocaron entre no institucionales. En otras palabras, los minoritarios se rascaron 4.486,42 millones de euros para hacerse con 1.196,38 millones de acciones de la entidad heredera de Caja Madrid que en una agresiva campaña de publicidad les prometía convertirse en prósperos ‘bankeros’.
Nada más lejos de la realidad. A dos años vista del estreno bursátil de Bankia, estos inversores habrían perdido el 98,5% de su inversión inicial de no haber vendido todavía sus acciones. Una circunstancia que, por otra parte, se estima frecuente para muchos de los bolsillos que apostaron por la entidad ahora nacionalizada. Su participación conjunta, en el hipotético caso de seguirse manteniendo en el 60% que se les reservó por la falta de apetito entre inversores institucionales, tendría a precios de cierre del pasado viernes un más que adelgazado valor de 67,46 millones de euros.
Las acciones que por el verano de 2011 muchos pequeños ahorradores confiados a sus directores de sucursal pagaron a 3,75 euros por acción, valen ahora la irrisoria cifra de 0,05639 euros. No hay que dejarse engañar por las pantallas y gráficas de cotización que muestran un precio cercano a los 6,00 euros por título. Hace solo unos días, los accionistas de Bankia se veían atrapados en un ‘contrasplit’ forzoso por el que cada 100 títulos del banco rescatado pasaban a convertirse en solo una. Por el camino, la valoración nominal pasaba de 2,00 euros a un céntimo. Después, a un euro con la agresiva agrupación de acciones.
El precio del debut rápidamente se perdió de vista en la gráfica de Bankia, especialmente desde que el banco colocador JP Morgan abandonó sus tareas como cuidador de la entidad fruto de la fusión de siete antiguas cajas de ahorros. Ahora, los analistas más críticos vaticinan que las nuevas acciones de la entidad llegarán a descalabrarse sin remedio hasta los 0,70 euros. Mejor dicho, hasta los 0,007 euros en términos comparables con la puesta de largo capitaneada por Rodrigo Rato. Las pérdidas llegarían en ese caso al 99,8% para los minoristas, más de 4.478 millones de euros.
La puntilla para los minoritarios podría llegar, si se cumplen estas negras previsiones, al término de este mes de mayo. Entonces, los escarmentados preferentistas recibirán forzosamente nuevas acciones de la entidad en pago por su deuda y los expertos apuestan por que lanzarán órdenes de venta a cualquier precio, provocando el descalabro de la cotización de Bankia. Con indiferencia del castigo al valor de las acciones, los minoritarios de la colocación pasarían de controlar un 60% del banco a quedar recluidos a un marginal 8% del capital social del grupo.
Puesto que la inversión mínima para convertirse en ‘bankero’ era de 1.000 euros, las menores pérdidas que un minorista podría acarrear a sus espaldas a fecha de hoy desde el día del debut sería de 985 euros. Su actual participación, ‘contrasplit’ de por medio, apenas valdría ya 15,06 euros. Este bajo importe para acudir a la colocación permitió que muchos pequeños ahorradores se lanzasen a apostar por 267 acciones de la entidad -a razón de los precios mencionados- y, de paso, salvar la falta de interés que la operación suscitó desde el principio entre inversores cualificados.
