El mundo se enfrenta a una nueva crisis alimentaria. La peor sequía de EEUU en 50 años ha impulsado los precios de los productos agrícolas a máximos históricos. El maíz y la soja cerraron ayer en récords, superando incluso los picos de la crisis de 2007-2008, que provocaron conflictos en al menos 30 países.
Los precios del trigo aún no están en máximos, pero han subido más de un 50% en cinco semanas, superando los precios alcanzados a raíz de la prohibición de las exportaciones rusas de 2010.
Varios informes recientes de la banca de inversión coinciden en señalar que la imparable tendencia al alza que muestra el precio de los cereales en los mercados de futuros va a mantenerse durante un tiempo. Tanto, que puede desencadenar una nuevo y espectacular repunte en el precio de los alimentos similar al registrado entre 2007 y 2008.
Los analistas de Barclays, por ejemplo, apuestan por nuevas alzas en el precio de la soja y otros granos que cotiza ahora en su mayor cifra de los últimos 56 años. Y el motivo no es, en este caso, la especulación financiera. La causa es la drástica reducción de las expectativas sobre la próxima cosecha ligada a los fenómenos meteorológicos.
Las zonas de la India y el Mar Negro en las que están los grandes exportadores sufren serios problemas de sequía, una realidad a la que se suma la fuerte demanda de los grandes importadores de alimentos que presionará al alza los precios, sobre todo del trigo, la soja y el maíz.
De momento, y desde el inicio de la subida que tuvo lugar en mayo, el aumento promedio de los precios se sitúa en el 25%. Con el bushell (25kg) de maíz en el entorno de los 8,16 dólares, el de trigo en 9,1 y el de soja en 16,2.
