Muchos analistas están convencidos de que el sector biotecnológico estadounidense va a vivir un segundo trimestre caliente tras la operación impulsada esta semana por GlaxoSmithKline, que habría abierto las hostilidades al adquirir Human Genome por 3.000 millones de dólares.
Las subidas experimentadas por el índice sectorial de las biotecnológicas en el Nasdaq, un 29% en lo que va de año, ya parecían anticipar la apuesta de los inversores por próximas operaciones corporativas. Una predicción que parece haber tomado ahora carta de naturaleza.
Con una ventaja añadida, según los expertos consultados por Reuters, los principales accionistas de las seis mayors compañías biotecnológicas estadounidenses son fondos de inversión que estarían más que dispuestos a vender si la plusvalía merece la pena.
Y en el otro lado de las mesas de negociación estarían las grandes farmacéuticas, con las patentes agotadas y la necesidad perentoria de reforzar su cartera de productos con nuevos medicamentos. Un contexto que , según los expertos propiciará al cierre del ejercicio un aumento del 63% en las fusiones y adquisiciones en el sector, con respecto a las cifras registradas el año anterior.
