Los inversores de CaixaBank castigaban en los primeros compases de la jornada las ventas llevadas a cabo por la catalana en el Banco Português de Investimento (BPI) con descensos cercanos al 2% en Bolsa. Concretamente, la heredera de laCaixa ha traspasado un 9,436% del capital de la entidad lusa a Santoro Finance, que ve reforzada su posición como segundo accionista del grupo.
La operación, que ya fue anunciada el pasado 7 de mayo, se ha ejecutado finalmente este lunes al cierre de mercados tras haber recibido el visto bueno del Banco de Portugal, tal como explica un hecho relevante remitido por CaixaBank a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Lo que el mercado parece penalizar más es que la venta se haya producido a un precio de 0,50 euros por título, el mismo que la entidad catalana pagó en su día al brasileño Banco Itaú para entrar en BPI, por lo que no generará plusvalía alguna. Partida que hubiera supuesto un balón de oxígeno para reforzar la solvencia de la presidida por Isidro Fainé y afrontar con más holgura la absorción de Banca Cívica, ya en marcha.
CaixaBank ha pasado así de controlar un 48,9% del portugués a tan solo un 39,5% al desprenderse de la mitad del paquete accionarial comprado hace dos meses al Itaú por 93 millones de euros. Por su parte, el fondo de inversión Santoro, controlado por Isabel dos Santos -hija del presidente angoleño José Eduardo dos Santos- ostentará desde ahora el 19,4% del BPI. Cabe recordar que Angola fue colonia portuguesa hasta el año 1975, por lo que los vínculos comerciales y financieros entre ambos países son estrechos.
No obstante, tras las ventas de primera hora, parece que el hecho de que las ventas hayan tenido lugar en un momento en que BPI ha logrado recuperar gran parte de su valor bursátil tras dos años de bruscos descensos ha gustado al parqué y CaixaBank se daba la vuelta con alzas cercanas al 0,3%. Este martes, el portugués se apuntaba su tercera sesión consecutiva al alza, con repuntes cercanos al 5%, que se suman a los de similar cuantía de ayer y el 8% cosechado el viernes al calor de los pactos del Consejo Europeo. En lo que va de año, BPI ha recuperado un 17% de su valor bursátil pero cerró 2011 y 2010 con sendos desplomes del 61% y 33% respectivamente.
La entidad catalana está presente en BPI desde 1995, cuando compró un 6,5% de su capital social a unos 25 millones de euros. Desde entonces, su peso ha ido aumentando a través de sucesivas compras en el mercado y a inversores institucionales. La última compra al Itaú elevó su participación en la compañía al punto que el regulador del país vecino exigió a CaixaBank que si en los próximos dos años lanzaba una OPA sobre todas las acciones de su competidora la oferta “no podrá ser inferior” al precio pagado entonces. Una posibilidad que parece esfumarse con la venta anunciada hoy.
Este martes, los gestores más activos sobre CaixaBank eran Santander, Merrill Lynch y Société Générale del lado de las compras. En las ventas, sin embargo, el protagonismo correspondía al bróker de la propia entidad catalana junto a Mercavalor y BBVA. El volumen de negocio se mantenía en línea con lo habitual para el valor financiero.
