La fuerte apreciación de la moneda nipona, que hoy ha marcado récords de 15 años en su cruce con el dólar y de nueve años frente al euro, ha comenzado a preocupar a los inversores. El presidente de la Bolsa de Tokio, Atsushi Sato, exigió hoy al Gobierno que adopte una postura más firme y se tome en serio la posibilidad de una intervención, algo que no sucede desde 2004, para que el mercado de divisas deje de lastrar la frágil recuperación de Japón, que de abril a junio creció sólo un 0,4% y quedó relegado a tercera economía mundial.
La excepcional fortaleza del yen, que se ha convertido en un valor refugio en medio de los temores acerca de la sostenibilidad de la recuperación global, perjudica sobre todo al sector de las exportaciones, el motor de la economía japonesa, cada vez menos competitivo con los tipos de cambio actuales. Por el momento, el único paso dado para contener el nerviosismo en lo mercados ha sido una conversación telefónica, ayer, entre el primer ministro, Naoto Kan, y el gobernador del Banco de Japón, Masaaki Shirakawa, que se saldó sin ningún anuncio de medidas específicas.
Este tímido movimiento ha decepcionado a los mercados. El Nikkei perdió hoy la barrera psicológica de los 9.000 puntos por primera vez en 16 meses. La Bolsa de Tokio ha perdido un 21% desde los máximos de abril. Además, no ha permitido estabilizar a un yen que cotiza con el dólar en los registros de 1995 y que con el euro se intercambia a tasas que no se veían desde noviembre de 2001.
Hoy el euro cerró en 106,64 yenes, lo que contrasta con las 127,40 unidades en las que se intercambiaba en abril o el entorno de los 168 yenes en los que cotizó en julio de 2008, antes de la caída de Lehman Brothers y el agravamiento de la crisis financiera. La divisa japonesa ya se aprecia un 20% contra el euro en 2010
La evolución del dólar ha sido similar a la de la moneda común europea y hoy cerró en los 84,55 yenes (llegó a caer hasta 84,45 yenes).
De momento el Gobierno nipón se ha resistido a ceder a las presiones y ha reiterado sus mensajes sobre su actitud vigilante y cooperativa con el Banco de Japón, cuyas medidas monetarias cada vez son más limitadas con unos tipos de interés al bajísimo nivel del 0,1%.
El ministro de Finanzas, Yoshihiko Noda, dijo hoy que el Gobierno “seguirá vigilando con atención los movimientos en el mercado” y que “mantendrá consultas con el Banco de Japón si es necesario”. En su opinión, las subidas del yen están “totalmente desvinculadas de los fundamentos económicos”, lo que eleva las dudas sobre dónde está el límite de las caídas, que para algunos analistas podrían agravarse ante movimientos especulativos.
