La inmobiliaria Quabit, heredera de la antigua Astroc, está pendiente de que la incertidumbre política se resuelva para poder acceder a 70 millones de euros. La misma Quabit que a la apertura de Bolsa subía más de un 7,3% a la espera de luz verde al primer dividendo de su historia se ha acercado al cierre de sesión cediendo cerca de un 5%. El presidente de la inmobiliaria ha reconocido que podría volver a sufrir la espantada de inversores si no llega ya un pacto de gobierno para España.
El montante en juego para Quabit asciende a 70 millones de euros. Esa es la cantidad que la inmobiliaria está pendiente de percibir de varios fondos internacionales que han pospuesto la firma de ningún acuerdo vinculante a la llegada de un inquilino en firme al Palacio de la Moncloa. Así lo ha explicado el presidente de la compañía, Félix Abánades, en la junta de accionistas celebrada este mismo jueves.
“Los fondos internacionales están actualmente a la espera”, ha dicho el máximo responsable de la inmobiliaria. A palabra seguida ha aclarado que están a la espera de que “se despeje la incertidumbre del panorama político”. Y no solo eso, también aguardan a ver “cómo se despeje” antes de poner capital encima de la mesa. En este mismo sentido, ha recordado que ya el año pasado había alcanzado un principio de acuerdo similar con dos fondos que se fue al traste con los resultados de los comicios del pasado 20 de diciembre.
Ante la posibilidad de que la repetición de elecciones o un improbable pacto diesen a luz un panorama de gobernabilidad poco cierto, los inversores han apostado por marcar distancias con la ladrillera. Esto se debe a que de la obtención de estos fondos depende en gran medida el cumplimiento con su plan de expansión presentado el año pasado que tenía por objetivo recuperar el negocio de promoción de vivienda.
En esta misma línea, y en un esfuerzo por amortiguar el impacto de las anteriores revelaciones, Abánades ha explicado que en el próximo Salón Inmobiliario de Madrid la cotizada pretende encontrar dueño a un total de 300 viviendas de nueva promoción. Esta cartera se compone de activos muy dispares, ya que incluye desde pisos protegidos de 85.000 euros hasta viviendas de lujo cuyo importe de venta rebasa el millón de euros, ha detallado el directivo.
Del que llegue más pronto que tarde un nuevo inquilino a La Moncloa dependerá el éxito de una hoja de ruta que quedaría incompleta de no conseguir la venta de 3.000 viviendas hasta el año 2020. No obstante, Quabit está también en negociación con los bancos que en varias ocasiones han accedido a refinanciar diferentes partidas de su abultada deuda, según se ha anunciado en la junta de accionistas que ha aprobado una retribución en títulos para el accionista en función de la ecuación de uno nuevo por cada veinte de los actuales en cartera.
El negocio inmobiliario, que atraviesa un repunte en su actividad en los últimos meses, es precisamente uno de los más vulnerables al panorama político del momento. Tanto la Asociación de Promotores Constructores de España (APCE) como representantes de grandes firmas del sector han venido urgiendo en los últimos meses una solución que permita el desbloqueo de muchas inversiones pendientes que prefieren posponer su decisión hasta la llegada del nuevo gobierno.
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