La deuda que ha ejecutado la Sareb tiene su origen en el año 2009, cuando el empresario Enrique Bañuelos lideraba la ladrillera Astroc, antecedente de la actual cotizada. Quabit ha estrenado este viernes un nuevo e incómodo accionista de referencia: el ‘banco malo’. La Sareb emerge como segundo inversor de referencia con un 7,7% de la inmobiliaria. Una situación que se vaticina fugaz por el más que probable paso por caja de la institución, cuyo mandato es abandonar el capital de toda sociedad cotizada.
Ha sido la inmobiliaria la que ha dado cuenta de la situación a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), pues la institución público-privada ha vuelto a obviar el dar cuenta de la ejecución de deudas impagadas que ha dado lugar a su entrada en Quabit. En concreto, se trata de un préstamo del antiguo accionista de referencia Martibalsa, que estaba garantizado con acciones de la compañía.
El paquete que estrena la Sareb asciende a 193,5 millones de acciones, que a precios actuales del mercado supondría para el ‘banco malo’ el embolso de unos 6,8 millones de euros si procediese a su venta. En este sentido, más allá del mandato desinversor con el que se creó esta sociedad, ya ha explicado que se trata de una “inversión financiera no estratégica”, que se traduce en el cuelgue automático del cartel de ‘se vende’, según los analistas.
La amenaza desinversora ha privado a Quabit de apuntarse al rebote generalizado del parqué madrileño, y su gráfica ha cerrado en los mismos 0,035 euros por acción en los que lo hizo ayer jueves. Así, la heredera de la antigua gigante del ladrillo Astroc estrena nuevo segundo accionista de relevancia, solo por detrás de su histórico socio inmobiliario Grupo Rayet, con un 20,5% del capital. El fondo KKR, que ha ido acumulando una cartera del 5,3% mediante múltiples ampliaciones de capital en exclusiva a cambio de liquidez para la cotizada, se queda ya en tercera posición.
La deuda que la Sareb ha ejecutado tiene su origen en el año 2009, cuando la instrumental del empresario saguntino Enrique Bañuelos, CV Capital, traspasó a Rayet una póliza de crédito que mantenía con Bankia por importe de 21 millones de euros. Entonces, la sociedad Martibalsa se constituyó entonces en garante solidario de esas obligaciones de pago y para ello pignoró parte de las acciones de la propia inmobiliaria, que son las que ahora han quedado en manos del mismo ‘banco malo’ que heredó este préstamo de la nacionalizada Bankia.
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