La votación de los Presupuestos Generales para 2010 son la noticia principal de unas portadas, en las que también ocupan un lugar destacado las informaciones relativas a la lucha por la presidencia de Caja Madrid, y las referidas al secuestro del «Alakrana», complicado con la excarcelación de uno de los piratas detenidos al no poderse constatar que sea mayor de edad.
Sobre el Presupuesto, además de analizar las cuentas para el próximo año, los diarios, como es habitual se empeñan en buscar un ganador como siempre que hay un debate importante en el Congreso de los Diputados. Para la prensa conservadora, el vencedor fue el líder del PP. “Rajoy apabulló porque las cuentas no son creíbles”, dice El Mundo; “Rajoy noquea a Salgado, incapaz de defender los Presupuestos”, afirma La Razón, y Abc, en la misma línea, considera que la oposición “da un varapalo a Salgado”.
Pedrojota, después de señalar que “habría sido más lógico que el propio presidente defendiera el proyecto, entre otras razones, para que Rajoy no pudiera ningunear a su interlocutora, como así sucedió”. Elena Salgado perdió el debate no porque estuviera mal en sus intervenciones sino porque la desastrosa política económica del Gobierno es indefendible y estos Presupuestos aún la van a empeorar.
El País lógicamente tiene una opinión diametralmente opuesta. “Una vez más, el Gobierno se benefició ayer de la incapacidad del principal partido de la oposición para articular un plan económico creíble. Así como el Gobierno confunde las medidas necesarias para proteger a los desempleados con las que hay que tomar para reactivar la economía, Mariano Rajoy confunde todos los días la tarea de oposición con una monótona retahíla de catástrofes y supone erróneamente que proclamar principios en los que todos los partidos están de acuerdo -austeridad en el gasto, rigor fiscal- es lo mismo que enunciar una política económica”.
