El agravamiento de la crisis griega, justo un año después de que la UE saliera en su rescate, se cuela hoy en unas portadas en las que la campaña electoral y los votos particulares de los cinco magistrados del Tribunal Constitucional que discreparon sobre la legalización de la listas de Bildu ocupan un lugar importante.
Y esto sucede porque la recaída de Grecia provoca una nueva ola de incertidumbre que sacude los mercados europeos, a lo que se une el recurrente temor a que España se contagie. Los editoriales destilan preocupación. Dice Abc que “el caso griego y las crecientes reticencias a acudir en su ayuda son el síntoma de un mal mucho más grave, porque si se acaba considerando como inevitable dejar caer a Grecia, ya nadie puede confiar en la ayuda europea”. Y el de Vocento advierte que se extiende por el continente europeo una “epidemia efervescente de populismo nacionalista” haciendo notar que “hace cuatro o cinco años hubiera resultado inconcebible la posibilidad de que Atenas fuera expulsada del euro”.
Las cosas no mejoran al leer el editorial de La Razón que denuncia la “endeble gobernanza económica de la UE” ni el de El Mundo que afirma que “estamos comprobando cómo los planes de la Comisión y del BCE para Grecia han fallado estrepitosamente y están poniendo en peligro los cimientos de la UE” ya que “el cinturón que se proporcionó a Atenas para ajustar su economía amenaza con ahogarla”. Mientras que en relación a España, Pedrojota considera que “hemos perdido un año” y para que no perdamos otro insiste en que hay que adelantar al otoño las elecciones generales.
El País ‘se moja’ y da nombres, ya que coincide con el resto de diarios en que “los planes de salvación no están bien diseñados” pero dice que quizá esto ocurre “debido al fundamentalismo fiscal de Alemania y al seguidismo radical de Francia” e insta a reformar los planes de rescate porque “si alguien de verdad piensa que la solución está en que Grecia abandone el euro no sabe lo que dice”.
