La noticia de que Naciones Unidades autoriza el uso de la fu

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La noticia de que Naciones Unidades autoriza el uso de la fu

La noticia de que Naciones Unidades autoriza el uso de la fuerza para frenar a Gadafi irrumpe hoy con fuerza en unas portadas en las que la lucha desesperada de Japón continúa ocupando un lugar estelar. Dice Abc que “Japón reza” y digo yo que el resto de los mortales se une a la plegaria para que acabe esta pesadilla nuclear y las autoridades japonesas puedan atender a las víctimas directas del terremoto y del tsunami, que han sido relegados a un segundo plano tras la fuga radiactiva.

El diario de Vocento, precisamente, editorializa sobre esa “paradoja”: “que se esté prestando infinitamente más atención a lo que pueda suceder en la central nuclear de Fukushima que al drama cierto y concreto de la devastación causada por el ‘tsunami’ y sus más de 6.000 muertos y 10.000 desaparecidos”, además de criticar que algunos dirigentes europeos prefieran frivolizar con escenarios apocalípticos.

Y es que nadie parece olvidar el papelón que está jugando el comisario europeo de Energía en esta crisis y La Razón el que menos. Ayer puso al alemán Ghünter Oettinger de vuelta y media en el editorial, en el que le acusó de ser un desprestigio para Europa, y hoy le dedica un suelto de opinión a él solito que titula: “Sigue desvariando el comisario del apocalipsis” ya que ayer dijo que no todas las centrales de la UE son seguras”. “Barroso debe destituirle sin demora” clama el de Planeta. ¡Que se vaya ese hombre por favor!

En el terreno ‘patrio’, en la prensa conservadora manda el asunto de los ERE de Andalucía y en todos la decisión del Tribunal Constitucional de anular los artículos de los estatutos de Andalucía y Castilla y León que se atribuían competencias exclusivas sobre el Guadalquivir y el Tajo, respectivamente. El País dedica su editorial principal a elogiar la resolución del TC de atribuir al Estado dichas competencias, aunque advierte: “está por ver si estas sentencias favorecerán la entrada en razón de los políticos que se empeñaron en convertir la gestión del agua escasa en una cuestión de honor regional (y de captación de votos)”.

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