Elegante, lo que se dice elegante, no fue pero es lo que tie

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Elegante, lo que se dice elegante, no fue pero es lo que tie

Elegante, lo que se dice elegante, no fue pero es lo que tienen las elecciones. El secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, afirmó ayer que apoyará y votará a Trinidad Jiménez en las primarias en las misma cara de Tomás Gómez y esa circunstancia tiene hoy un lugar destacado en las portadas de unos diarios que dan pelos y señales de la parafernalia que rodeó el anunció oficial del socialista de que presentará su candidatura al Ayuntamiento de Madrid.

Sin embargo, la noticia principal de las primeras es el agravamiento del conflicto con Marruecos, 24 horas después de que el rey Juan Carlos llamara por teléfono a Mohamed VI para rebajar la tensión en los pasos fronterizos de Ceuta y Melilla. Todos los diarios destacan que piquetes de activistas marroquíes impidieron ayer el paso a Melilla de camiones con alimentos ante la pasividad de las autoridades marroquíes y encontramos editoriales al respecto en El Mundo, Abc y La Razón.

Lo primero que hay destacar es que Abc y EL Mundo coinciden en sus artículos de opinión en denunciar la debilidad del Gobierno de Zapatero, algo que se da siempre que el régimen alauí nos toca las narices, digo las fronteras- aunque encontramos algunos matices, ya que mientras Abc se queda en exigir mano dura al Ejecutivo español, Pedrojota lo que hace es poner el acento en que el Moncloa miente cuando dice que ambos países mantienen unas magnificas relaciones. Para sostener su tesis, El Mundo recuerda, entre cosas, que llevamos ocho meses sin embajador marroquí, “algo insólito en los usos diplomáticos” y hace notar que si este lío sólo se debiera a unos simples equívocos no hubiera hecho falta la intervención del Rey. Hablando del monarca, del nuestro no de Mohamed VI, Pedrojota no comparte las criticas del PP al Gobierno de usar a Don Juan Carlos como ministro de Exteriores, ya que esto es una práctica habitual, aunque el que se pasa de frenada a la hora de hablar del Rey es La Razón.

El diario de Planeta dedica un editorial tan elogioso a la labor diplomática del Rey que casi sonroja, pero esto no es ninguna novedad, lo que sorprende es que el rotativo conservador no pide mano dura, sino que insta al buen rollito con nuestros vecinos: profundizar más en los que nos une que lo que nos separa, que nada enturbie las buenas relaciones, que el Gobierno ayude a Marruecos con prudencia y eficacia, etc, etc, etc. Al tiempo que rebaja la gravedad de los incidentes y se refiere a los como “malentendidos o pequeños problemas” justo lo contrario de Pedrojota. Raro, muy raro.

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