Más del 70% de las escuelas de la Franja de Gaza, dañadas por el ejército de Israel

Franja de Gaza

Más del 70% de las escuelas de la Franja de Gaza, dañadas por el ejército de Israel

La ONU denuncia que casi nueve de cada diez escuelas en la Franja necesitan una reconstrucción urgente tras año y medio de ofensiva.

Niños palestinos esperan para recibir comidas benéficas en el barrio de Al Zaitún, en el este de la ciudad de Gaza / Foto: Rizek Abdeljawaf - Xinuha News - Contacophoto
Niños palestinos esperan para recibir comidas benéficas en el barrio de Al Zaitún, en el este de la ciudad de Gaza (Foto: Rizek Abdeljawaf - Xinuha News - Contacophoto)

Más del 70% de las escuelas de Gaza han sufrido daños directos desde el inicio de la ofensiva militar israelí sobre el enclave palestino, en respuesta al ataque de las milicias del 7 de octubre de 2023 que dejó 1.200 muertos.

Así lo denuncia la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA), basándose en datos de Global Education Cluster, un foro que integran Save the Children y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

La educación, otra víctima de la guerra en Gaza

Desde el inicio de las hostilidades, la infraestructura educativa de Gaza ha sido devastada. Más de 70% de las escuelas han recibido impactos directos y un 88% requiere reconstrucción o una rehabilitación importante, según las cifras compartidas por la UNRWA. Esta situación agrava la crisis humanitaria que viven los niños palestinos, quienes, además de estar desplazados y traumatizados, ven interrumpido su acceso a la educación.

Después de 1,5 años de guerra, los niños de Gaza están desplazados, traumatizados y privados de una educación

«La educación en Gaza es una víctima de la guerra», ha lamentado la UNRWA en su comunicado, subrayando el impacto devastador de los ataques sobre la vida de cientos de miles de menores.

Escuelas de la UNRWA, entre las más afectadas

Entre los centros afectados se encuentran las 162 escuelas que gestiona la propia UNRWA, donde cientos de miles de niños y niñas recibían clases antes del conflicto. La destrucción de estas instalaciones supone no solo la pérdida de espacios educativos, sino también de lugares seguros que servían de refugio y protección para los menores en medio de la violencia.

La magnitud de la destrucción plantea enormes desafíos para el futuro de toda una generación que ha visto su derecho a la educación gravemente vulnerado.

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