Los contagios por covid ponen en jaque a los albergues y Almeida no da soluciones

Covid-19

Los contagios por covid ponen en jaque a los albergues y Almeida no da soluciones

Desde el centro para personas sin hogar La Rosa de la capital alertan de “problemas de salud pública” ante la negativa a confinar el albergue pese a la existencia de positivos.

    Persona sin hogar banco

    La tercera ola del covid-19 también se nota en los albergues de Madrid. El virus no hace distinciones y varios centros para personas sin hogar de la capital están registrando contagios entre sus usuarios. El pasado domingo el Centro La Rosa registró dos positivos, que tuvieron que ser aislados en una sala sin baño. Y es que, tal y como denuncian trabajadores, no obtienen respuesta por parte del ayuntamiento de José Luis Martínez Almeida para que estas personas tengan la atención adecuada.

    Al tener conocimiento de los dos positivos la plantilla de este centro se dispuso a poner en marcha el protocolo establecido al respecto, que se basa “en contactar con el SAMUR Social y desde allí se derivan a dispositivos preparados” al respecto. Así lo narra Daniel Reyes, delegado de prevención del Centro La Rosa e integrante del Sector de Intervención Social de CCOO, a EL BOLETIN. Sin embargo, la respuesta no ha sido la que se esperaban.

    Tal y como explica Reyes, desde el consistorio se ha dicho “que no hay plazas y no se les puede trasladar a ningún lado”. La solución que se propuso en ese momento era “expulsar a los positivos a la calle”. “Es delirante”, critica el delegado de prevención, que remarca que, en primer lugar, “es una crueldad y una salvajada echar a una persona a la calle por enfermar”; y, en segundo, “atenta contra la salud pública”. “¿Los mandas a la calle a deambular por Príncipe Pío?”, remarca en referencia a la zona en la que se ubica el centro.

    Según continúa, “el ayuntamiento nos prometió que, para el día siguiente, el lunes”, se daría una solución, que pasaría por un recurso gestionado por Cruz Roja para estas situaciones. Ante esto, los trabajadores aislaron a los dos contagiados “como pudimos” en una sala del centro y a los contactos estrechos, que son las personas que dormían en la misma habitación, en otra a la espera de las pruebas.

    “¿Qué ha pasado? Que no ha habido el recurso prometido”, denuncia Daniel Reyes, que apunta que, a martes por la tarde, “siguen aislados en el centro desde el domingo”. Además, destaca, “nos han comunicado que para los contactos estrechos no habrá plaza, que nos olvidemos, que hagamos lo que podamos”. Pero aquí no terminan los problemas.

    El paso de la borrasca ‘Filomena’ hace unos días golpeó con dureza a muchas comunidades, como la de Madrid. También a los albergues. En el Centro La Rosa provocó que el sistema de recirculación del aire de la climatización se congelara, “y está estropeado” desde entonces. “Es decir, no hay ventilación en el centro”, alerta Reyes.

    Ante la respuesta, o falta de la misma, dada por el consistorio, los trabajadores de este centro se pusieron en contacto con Madrid Salud para pedir un cribado, ya que “al ser centro residencial solo con un positivo se considera brote y se hace un cribado”. “Con un criterio lógico nos trasladan que no van a hacer un cribado mientras el centro no esté confinado, porque mientras la gente esté entrando y saliendo sin control no tiene sentido hacerlo”, explica.

    “Es un sinsentido”, lamenta Reyes, que advierte del “problema de salud pública por no confinar el centro”. Y no es solo en este albergue. Apenas a unos metros de distancia está el Centro de acogida San Isidro, en el que la situación es la misma. Según detalla, también tiene un brote con varios usuarios y trabajadores contagiados “y no está confinado”, con el añadido de que los usuarios de ambos se relacionan entre sí debido a la cercanía. Para el representante de CCOO esta situación carece de sentido, más aún después de que se hayan cerrado recursos destinados para que personas sin hogar pudieran hacer la cuarentena en caso de contagiarse. “¿No se podría prever que habría otra ola?”, se pregunta, antes de incidir en que “siempre se llega tarde”.

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