En concreto, bancos y petroleras contarán con un tipo mínimo del 18% en el impuesto de sociedades, frente al 15% que se establece para el conjunto de las grandes empresas, en línea con la mayor tributación a la que ya estaban sujetas.
De acuerdo con el denominado Libro Amarillo, presentado hoy en el Congreso, “se establece una tributación mínima del 15% de la base imponible para aquellos contribuyentes del Impuesto con un importe neto de la cifra de negocios igual o superior a veinte millones de euros o que tributen en el régimen de consolidación fiscal, en este caso cualquiera que sea el importe de su cifra de negocios”.
No obstante, hay algunas excepciones. El tipo de tributación mínima será del 10% en las “entidades de nueva creación” y del 18% “para las entidades de crédito y de exploración, investigación y explotación de yacimientos y almacenamientos subterráneos de hidrocarburos cuyo tipo general es del 30%”. Esto supone que, como resultado de la aplicación de las deducciones, no se podrá rebajar la cuota líquida por debajo de dicho importe, advierte el texto presentado hoy.
Montero, que ha comparecido en el Congreso tras hacer entrega a la cámara de los PGE, ha destacado que el Gobierno espera recaudar el próximo año 24.447 millones en el impuesto de sociedades, un 11,8% más. Más allá de la recaudación extra de 400 millones que se espera por el nuevo tipo mínimo (y que se concretará sobre todo a partir de 2023), la ministra ha achacado el aumento previsto de los ingresos por la “mejora de los beneficios, las menores devoluciones y la limitación del 95% de la exención por dividendo y plusvalía”.
Preguntada sobre el acuerdo internacional en la sede la OCDE para imponer el tipo mínimo del 15% a escala global, la ministra se ha mostrado confiada en que para 2022 “exista la directiva europea que transponga el consenso internacional”. No obstante, todavía hay por delante “trabajo en nivel técnico”, ha recordado, aunque “ojalá todo vaya según estamos viendo”.
