Las dificultades financieras podrían obligar a Pemex a abandonar su yacimiento de Chicotepec

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Las dificultades financieras podrían obligar a Pemex a abandonar su yacimiento de Chicotepec

Pemex no está pasando por uno de sus mejores momentos financieros. Su abultado endeudamiento y la caída de los precios del crudo podrían obligar a la compañía presidida por Juan José Suárez Coppel a paralizar uno de sus mayores proyectos de extracción de crudo. El yacimiento de Chicotepec representa el 39% de la reserva total de hidrocarburos de este territorio, pero la petrolera no puede hacer frente a la inversión estimada en 11.000 millones de dólares para su desarrollo.

Para estudiar si continuarán los trabajos en este yacimiento, los máximos accionistas de la petrolera mexicana se reunirán el próximo15 de octubre, cuando evaluarán si la empresa puede afrontar tan enorme inversión.

El motivo por el cual es necesario invertir tanto en Chicotepec es porque este yacimiento se caracteriza por tener un bajo contenido en hidrocarburos, ser terrenos poco permeables y con poca presión. Todos estos factores reducen la productividad de los pozos y complican su explotación.

Además de todo esto, los bancos de petróleo se encuentran dispersos por una zona que ocupa una superficie de más de tres millones de kilómetros cuadrados a lo largo de los estados de Veracruz y Puebla.

Desde la Comisión Nacional de Hidrocarburos de México se ha instado a que Pemex reestructure el proyecto debido a que consideran que no se cuenta con la tecnología necesaria. Además no se ha llegado a las expectativas de producción ya que se estimaban 40.000 barriles diarios y el cupo final ronda los 30.000 por jornada.

Pero además de enfrentarse a la posible paralización de su trabajo más importante, Pemex debe afrontar otros problemas. Sus cuentas no les cuadran ya que la compañía tiene un abultado endeudamiento que no favorece sus propósitos de inversión.

Según los analistas consultados por Américaeconómica.com, la deuda neta de esta empresa asciende a 47.000 millones de dólares.
Esta cifra negativa podría poner incluso en peligro la otra fuente de la que bebe la compañía: el yacimiento de Cantarell, que se plantea como el único que puede salvar a la compañía del brusco descenso de la producción que ha sufrido en los últimos años. Sin embargo las extracciones en esta zona han disminuido cerca de una cuarta parte desde 2004.

El problema que presenta Cantarell es que se trata de una explotación petrolífera marina, situada en el Golfo de México. La extracción bajo el mar es mucho más difícil y por tanto más costosa.
Precisamente, el influyente multimillonario mexicano Carlos Slim ha manifestado que invertir en la explotación petrolífera terrestre es la mejor opción para cubrir el declive de la producción.

Por otro lado, según los expertos consultados, Pemex ha emitido este año 6.260 millones de dólares en bonos corporativos, lo que en opinión de los expertos puede complicar el poder hacer frente a sus próximos compromisos financieros. Esto se debe a que la empresa cada vez tiene menos producción de barriles y por tanto genera cada vez menos ingresos de divisas.

Es la pescadilla que se muerde la cola; al tener una deuda tan grande la empresa, no puede invertir en tecnología y por tanto no puede extraer más barrriles y con ello generar un incremento de los ingresos.

Además, las emisiones de deuda se están haciendo a una tasa cercana al 7,5%, una cifra que podría hacer peligrar los logros que la firma obtendría con la reforma fiscal propuesta por la Secretaría de Hacienda en el paquete económico del 2010.

Teniendo como base estas cifras, los expertos recuerdan que la deuda de Pemex aumentó un 20% entre el primer semestre del año pasado y el primer semestre de este, mientras que el EBITDA, (resultado bruto de explotación de la empresa antes de reducir los intereses, las amortizaciones y el impuesto sobre sociedades), ha sufrido un descenso en este periodo de un 46%.

La única salida a esta situación es, según los expertos consultados por americaeconomica.com, aumentar la producción; algo que no se podrá conseguir si el nuevo presidente de la firma, Suárez Coppel, no logra que la iniciativa privada se convierta en parte del juego petrolero en el país, aportando la experiencia, tecnología y el capital que le falta a Pemex.

Los problemas financieros de la compañía no son nuevos. Por eso precisamente el presidente Felipe Calderón decidió designar a Coppel en sustitución de Reyes Heroles al frente de la petrolera. El nuevo presidente de la firma ha recibido duras críticas por su desempeño como director financiero de la paraestatal durante el Gobierno de Vicente Fox. Senadores de los partidos PRD, PRI y PT solicitaron su revocación en el cargo. Incluso desde el PAN, partido del propio Felipe Calderón, se han oído voces contrarias a que Suárez Coppel regente el máximo organismo petrolero de la península de Yucatán.

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