Los grandes partidos mexicanos, entre la necesidad de una reforma fiscal y el populismo

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Los grandes partidos mexicanos, entre la necesidad de una reforma fiscal y el populismo

El costo electoral de una eventual reforma fiscal está haciendo que la clase política mexicana vaya retrasando paulatinamente la aprobación de tal medida. En cambio, los datos económicos, pese a estar mitad de una crisis financiera internacional, son una muestra del desgaste de la economía de México, que será según los expertos la más golpeada de Latinoamérica. La caída de ingresos hablan por si solos. Urge una reforma fiscal.

El Banco Central de México, Banxico, que ha calculado una caída en el PIB para este año próxima al 7,5%, estima la destrucción de 735.000 empleos en base a estos datos. Tras advertir de la posibilidad de que la inversión pública deje de ser un elemento de impulso económico ante la rebaja de los ingresos del Estado, solicitó una reforma fiscal.

A estos datos hay que sumarle la caída en la recaudación directa. México habría recaudado, según un estudio del Centro Interamericano de Administraciones Tributarias (CIAT), un 21,2% menos en base al Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA). Este impuesto representa el 41,8% de los ingresos tributarios del Gobierno de Felipe Calderón, por lo que el descenso de ingresos aporta un nuevo dato negativo en el debate sobre la reforma fiscal.

Entre los países considerados en dicho estudio, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, México, Perú y República Dominicana, México es con mucha diferencia el Estado cuya recaudación vía IVA más se ha reducido. Después de una primera caída de ingresos en el cuarto trimestre de 2008, de un 4,6%, los datos del primer trimestre vienen a refrendar la caída de la actividad económica en el país.

En cualquier caso, hay que tener en cuenta, como señala el CIAT, que México se encuentra, junto con Costa Rica, Ecuador y Guatemala, entre los países cuyo IVA es más reducido. La alícuota del IVA mexicano se sitúa en un 15% de media, frente al 21% de Argentina, que ha registrado una caída escasa de sus ingresos, o el 19% de Chile y Perú.

En el contexto del debate en torno a la reforma fiscal, que debe dar comienzo próximamente entre los dos partidos mayoritarios del país, PRI y PAN, los rumores apuntan crecientemente a la posibilidad de gravar las operaciones bancarias.

Según el experto mexicano en fiscalidad, Christian Natera, el PRI habría anunciado que propondrá la eliminación del IETU, Impuesto Empresarial a Tasa Única, y que buscará combatir la economía informal. Natera afirmó que «la urgente reforma fiscal está en estos momentos paralizada.

Los dos partidos mayoritarios no se han sentado a debatir y las concreciones del plan no se conocen». Por el contrario, existen algunas certezas sobre el tema y siguen surgiendo rumores, el último de ellos relacionado con la posibilidad de gravar las operaciones bancarias.

En este momento, por medio del IDE, Impuesto a los Depósitos en Efectivo, se gravan los depósitos bancarios superiores a 20.000 pesos (1.062 euros), un impuesto que ha dado excelentes resultados como impuesto de control. Según fuentes del PAN la retirada completa del IETU generaría un agujero fiscal de 60.000 millones de pesos (3.187 millones de euros), lo que obligaría a buscar nuevas fuentes de financiación. El rumor de gravar todas las operaciones bancarias estaría vinculado, por tanto, con la posibilidad de retirada del IETU.

Natera ha confirmado a su vez que existe unanimidad en ampliar los gravámenes a las mayores fortunas, es decir, una fiscalidad progresiva, mientras que ve poco factible una modificación del IVA, por el elevado costo político de una medida así.

El experto en fiscalidad se mostró partidario de revisar el IETU con el fin de mejorarlo, pero nunca de eliminarlo, y de modificar algunas cuestiones de la declaración de la renta como los beneficios por las operaciones en bolsa o la tasa máxima del 28%. Según el experto mexicano en fiscalidad, la reforma sigue «muy verde y no se sabe gran cosa.»

Andrés Manuel López Obrador, al que muchos sectores sociales mexicanos consideran el presidente legítimo de México tras el supuesto fraude electoral de 2006, ha redactado un manifiesto en el que culpabiliza a “un grupo minoritario que ha venido imponiendo una política de pillaje, contraria al interés nacional” de la situación económica de México. Obrador ha asegurado además que dicho grupo minoritario tratará “de cobrar IVA por la comida y los medicamentos, y harán todo lo posible para recaudar más, aumentando el precio de las gasolinas, de la luz y de otros bienes y servicios”, sin que esto les afecte.

El debate, como se ve, es extremadamente delicado, por lo que habrá que esperar a que, como señalaba el representante de la Cepal para México, Jorge Mattar, a este periódico, se concrete un acuerdo de unidad nacional. Mientras tanto, es posible que los malos datos sigan hablando de la necesidad de una reforma fiscal y que, a su vez, continúen presionando a los funcionarios públicos a plantearse el tema.

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