El presidente hondureño Manuel Zelaya ha viajado a EEUU para reunirse con la secretaria de Estado Hillary Clinton en un encuentro que puede resultar vital para la resolución de la crisis política en el país centroamericano. Honduras, el segundo país más pobre de la región, depende económicamente de sus exportaciones de café y banana a EEUU, lo que da al Estado norteamericano un papel preponderante en las negociaciones.
Al cierre de esta edición, ambos mandatarios se encontraban reunidos. El depuesto presidente hondureño, Manuel Zelaya, regresará en el día de hoy a Washington con la intención de reunirse con altos cargos del Gobierno Obama. Finalmente se ha confirmado la presencia de Hillary Clinton en la reunión que, como había indicado el Portavoz del Departamento de Estado, Ian Kelly, se hará a un alto nivel.
Kelly ha confirmado además que no recibirán a la delegación enviada en el día de ayer por el Gobierno interino de Micheletti. Aunque no se han confirmado los miembros de la delegación, llegan a Washington para intentar el comienzo de un dialogo con la OEA mientras que mantendrán la postura del gobierno interino de Honduras. Según Micheletti, el regreso de Zelaya a la presidencia no es negociable.
EEUU, podría convertirse, por tanto, en el facilitador para unas negociaciones en las que la población hondureña tendría más que perder que los propios interesados. Las exportaciones del país centroamericano, básicamente banana, café y camarón, tienen como destino el mercado estadounidense. A su vez, las inversiones extranjeras en Honduras y buena parte de las ayudas internacionales que recibe, 69 millones de dólares para este año, tienen su origen en EEUU.
Como se ha venido afirmando, la situación económica de Honduras, ya de por sí depauperada, ha sufrido un duro golpe con el freno de las exportaciones agravada por la crisis económica. Este hecho, sumado al bloqueo de los créditos internacionales del BID, el BM y el FMI, podría provocar un colapso de la economía de un Estado con unos niveles de paro del 28% en el 2007.
La participación activa de EEUU en las negociaciones para resolver la crisis parece por tanto imprescindible, mientras que una solución que parece factible es el adelantamiento de las elecciones presidenciales que debían celebrarse en 6 meses. De momento, el Fiscal del Estado, Luís Alberto Rubí, ha anunciado que se estudia una amnistía general para todos los involucrados en el golpe de Estado, incluido el presidente Manuel Zelaya.
