Rafael Catalá, ministro de Justicia
Un humorista cubano por excelencia, Guillermo Álvarez Guedes, contaba en uno de sus chistes que en un bar había un hombre muy corpulento gritando a todo tren y que otro llamó al camarero para decirle que le comunicara al escandaloso que si no callaba pues entonces a patadas por el c… sería sacado del sitio. Cuando ya el camarero estaba a punto de cumplir con el mensaje, fue llamado nuevamente para escuchar la segunda parte: “Se lo dices como asunto tuyo…”.
Algo muy similar ha ocurrido con la visita del ministro de Justicia, Rafael Catalá. Desde una institución local muy poco conocida en la isla, denominada Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), le han dicho al Ministro que debe indagar por el tema de las asociaciones que las autoridades no permiten, que cómo es posible que puedan ser tan vulnerables y otras consideraciones más.
Catalá tendrá encuentros con su homóloga María Esther Reus; el Presidente del Tribunal Supremo Popular, y con Homero Acosta, secretario del Consejo de Estado. Ojalá alguien, atinadamente, le haga ver que ese papel de “correveidile” no se le ajusta a su talla, que una vez más, los que empujan no se dan golpes.
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Las peticiones al ministro Catalá de visita en Cuba
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