Las enfermeras se plantan ante los planes de Ayuso: “No somos sustitutas de médicos”

Las enfermeras se plantan ante los planes de Ayuso: “No somos sustitutas de médicos”

La Asociación Madrileña de Enfermería denuncia el “caótico” plan de reapertura de las urgencias extrahospitalarias y critica el papel del Colegio y de Satse.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. (Foto: Comunidad de Madrid)

Las enfermeras se plantan ante la crisis sanitaria que se ha desatado en la Comunidad de Madrid. Rechazan frontalmente los planes del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso para las urgencias extrahospitalarias y afean el “intento” de la Consejería de Sanidad de la región de convertirlas “en sustitutos” de los médicos. Asimismo, cargan contra el Colegio de Enfermería y el sindicato Satse por su postura en este conflicto.

“No vamos a colaborar en su juego de destrucción de la sanidad pública madrileña a cambio de una supuesta ampliación de competencias profesionales, sin ninguna garantía jurídica”, advierte la Asociación Madrileña de Enfermería (AME), quien denuncia el “caótico” plan de para las urgencias extrahospitalarias de la Comunidad. Según recuerda, “somos profesionales sanitarias, con competencias plenas y exclusivas en el cuidado de nuestros usuarios, de acuerdo con la Ley de ordenación de profesiones sanitarias, y no somos sustitutas de médicos o cualquier otro profesional de los equipos de salud”.

Así lo destaca en un comunicado en el que este colectivo deja claro que “nos oponemos rotundamente a que la política sanitaria de la región esté basada continuamente en la improvisación, el cortoplacismo y el lucimiento político del Gobierno regional”. En su opinión, la reapertura de los 37 SUAP (Servicios de Urgencia de Atención Primaria), cerrados en 2020, ha generado “una auténtica crisis sanitaria sin precedentes” en la Comunidad.

Para AME las medidas llevadas a cabo desde la Puerta del Sol en materia sanitaria “esconde eliminarles vilmente el carácter oficial de centros de urgencias”. Eso sí, “sin mostrárselo claramente a los ciudadanos, no vayan a perder votos en las cercanas elecciones del próximo mes de mayo, y únicamente dejando el mensaje de que se reabren centros asistenciales”.

Esta asociación recuerda que el Gobierno de Ayuso no consigue fidelizar a los médicos de familia que se forman en la región, “ofreciéndoles unas condiciones laborales dignas”, por lo que no hay suficientes para abrir los 80 centros de urgencias extrahospitalarias que había hasta 2020. Ante esto, asegura que Ayuso y sus consejeros “han ideado un triángulo de la vergüenza basado en tres vértices”, que pasan, en primer lugar, por el cambio de denominación de los centros “para intentar dar cobertura jurídica a sus políticas (los PAC/SUAP pasan a llamarse PAC)”.

A esto hay sumar “la puesta en funcionamiento de centros de urgencias extrahospitalarias sin médicos, donde las enfermeras se ven obligadas a ejercer competencias para las que no tienen el correspondiente aval jurídico”. Junto a esto, incide en el intento de implantar la teleconsulta “para simular la existencia de apoyo médico en esos centros”.

Según denuncia, se les “está obligando a dejar de lado” el seguimiento que hacían de los pacientes con patologías crónicas y en situaciones de fragilidad dentro de nuestras consultas y a domicilio. E insiste en que en Madrid “no existe ningún protocolo, guía o vía clínica oficial, por escrito y consensuado por los equipos de salud, que permita la atención de urgencias de forma autónoma por enfermeras”.

“Imponer un cambio de modelo chapucero de las urgencias extrahospitalarias, como se está haciendo en Madrid desde hace semanas, solo implicará una grave pérdida de calidad asistencial y seguridad para la salud de los madrileños”, avisan las emfermeras.

Por último, AME también hace mención al Colegio de Enfermería de Madrid (Codem) y al Sindicato de enfermería (Satse), a quienes recriminan “mantenerse de perfil tantísimos años ante los graves ataques que llevamos acumulando las enfermeras de Madrid a nuestra dignidad profesional”. “Es evidente que su dejación de funciones ha provocado una auténtica involución de nuestro desarrollo profesional”, afirma, antes de advertir de que “el descontento y la tensión” en el seno de la profesión enfermera en la alcanza “límites insostenibles” y “cada vez un porcentaje mayor de compañeras se plantean la necesidad de explorar nuevas vías, para defender nuestro prestigio profesional y la salud de nuestros usuarios”

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