La victoria del Mundial, empañada por dos hombres

Fútbol

La victoria del Mundial, empañada por dos hombres

Las portadas de prensa de Vilda y Rubiales besando sin permiso a Hermoso enturbian el éxito de las futbolistas de la selección.

El presidente de la RFEF Luis Rubiales

El presidente de la RFEF Luis Rubiales

España ha ganado el Mundial de Fútbol. Con diferencia ha sido la mejor selección y la que ha mostrado una mayor evolución del fútbol femenino. Han demostrado al mundo que un fútbol espectacular y atractivo no sólo tiene que ser cosa de hombres. Además, aguantando el insoportable yugo de la rentabilidad.

Sin embargo, tras una impresionante victoria, después de una pelea de años contra prejuicios, insultos, desprecios y, sobre todo, indolencia de las autoridades y federaciones, llega el momento de que la victoria de unas pocas en nombre de muchas se vea eclipsada por el comportamiento de unos hombres con ganas de un protagonismo que no les pertenece.

España ha ganado el mundial a pesar de la Federación y de su seleccionador. Y gracias a una generación de jugadoras que han dado un paso adelante, rebelde y, a la vez, sabiendo que era su momento y que por desgracia había que tragar con ciertos estamentos con muchas ganas de hacerse protagonistas de éxitos que no les correspondían.

A pesar incluso de un respaldo empresarial fiel, que ha generado una gran cobertura social, sin estar siempre de acuerdo con los métodos de la RFEF, la federación ha conseguido que la victoria en el campeonato del mundo femenino se hable de hombres y no de quien lo ha ganado: MUJERES.

Lo de Rubiales y Vilda es una historia de una cacicada anunciada, y de nuevo las víctimas después de ganar un mundial, son las jugadoras, que llevan viendo varios días en las portadas de los medios a dos personajes que lo único que han hecho es ponerles palos en las ruedas del desarrollo de su actividad.

Son profesionales que han tenido que poner la mejor cara a todo lo que les está pasando, denunciando en su momento de manera elegante y si pedir dimisiones ni señalando directamente a nadie, que el fútbol femenino español no llevaba el rumbo que debe.

El éxito de la selección es de las mujeres con un talento descomunal que ha sobrevivido al maltrato y las ganas de protagonismo de unos hombres que no asumen su rol secundario. El beso de Rubiales a Jenni Hermoso aunque sea permitido entre dos amigos (eso está por ver) representa todo lo malo de esta actitud: Estás aquí porque yo lo he permitido y facilitado. Puedo hacer los que me salga de los huevos.

Y por supuesto sois «Gilipollas» según Rubiales y «Campeones del mundo» según Vilda.

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