La OCDE mejora dos décimas la previsión de crecimiento para España al 2,3% en 2023, pero mantiene la de 2024

Previsiones económicas

La OCDE mejora dos décimas la previsión de crecimiento para España al 2,3% en 2023, pero mantiene la de 2024

La tasa de inflación se mantendrá en el 3,5% este año y del 3,4% el siguiente.

Sede de la OCDE

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La economía española crecerá este año y el siguiente por encima de la media estimada para la eurozona, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que ha revisado al alza su pronóstico de expansión del producto interior bruto (PIB) de España para 2023 al 2,3% y lo ha mantenido sin cambios en el 1,9% para 2024.

Según las nuevas proyecciones, contenidas en su informe ‘Perspectivas Económicas’, el PIB español crecerá este año un 2,3%, considerablemente por debajo del 5,8% registrado en 2022, pero dos décimas por encima de la previsión de la OCDE para España publicada el pasado mes de junio y de la previsión del Gobierno (2,1%), mientras que, de cara a 2024, la organización no ha modificado su pronóstico y sigue esperando que la economía española crezca un 1,9%.

De este modo, España seguirá creciendo por encima de la media de la zona euro, para la que el ‘think-tank’ de las economías avanzadas anticipa una expansión del 0,6% en 2023 y del 1,1% en 2024, tres y cuatro décimas menos desde el informe de junio, respectivamente. De hecho, la economía española, a pesar de la ralentización respecto de 2022, registrará el mayor crecimiento del PIB entre las principales economías de la zona euro.

En concreto, la OCDE prevé que Alemania retroceda un 0,2% en 2023 para regresar al crecimiento en 2024 con un 0,9%. Francia crecerá un 1% en 2023 y un 1,2% en 2024; mientras que Italia avanzará un 0,8% tanto este año como el siguiente.

MODERACIÓN DE LA INFLACIÓN

En cuanto a la evolución de los precios, la organización confía en que la tasa general de inflación se modere este año en España al 3,5% desde el 8,3% del año pasado, lo que supone cuatro décimas menos que lo previsto el pasado mes de junio, mientras que, para 2024, la tasa se mantendrá en el 3,4%, cinco décimas menos de lo esperado anteriormente.

La OCDE es algo más optimista respecto de la evolución de la inflación subyacente, que excluye el impacto de energía y alimentos por su mayor volatilidad, ya que espera una moderación al 4,4% este año, frente al 4,8% estimado en junio, mientras que para 2024 reduce siete décimas sus expectativas, hasta el 3%.

De este modo, la tasa de inflación general de España se mantendría este año muy por debajo de la media de la zona euro, estimada en el 5,5%, aunque para 2024 la OCDE prevé que la subida de los precios entre los Veinte será menos intensa que en España, con una tasa promedio del 3%.

Asimismo, mientras que este año la inflación subyacente de España será inferior al 5,1% estimado para la zona euro, el próximo año el dato español se situará una décima por debajo del promedio del 3,1% de la eurozona.

Mejora la previsión de crecimiento mundial para 2023 hasta el 3%, pero empeora la del próximo año

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha revisado tres décimas al alza su pronóstico de crecimiento para la economía mundial en 2023, que ahora sitúa en el 3%, aunque ha empeorado en dos décimas su previsión del 2,7% para el próximo año, según ha anunciado este martes el ‘think tank’ para las economías más avanzadas.

Entre las principales economías mundiales, las nuevas proyecciones de la OCDE contemplan un crecimiento mayor de Estados Unidos, con una expansión del 2,2% este año y del 1,3% el siguiente, seis y tres décimas por encima de las previsiones de junio. La ralentización año a año se explica por el endurecimiento de las condiciones financieras, que impactarán sobre la demanda.

En el caso de la zona euro, la organización con sede en París anticipa una expansión del PIB del 0,6% en 2023, tres décimas peor de lo previsto anteriormente, mientras que ha bajado cuatro décimas, hasta el 1,1%, el crecimiento proyectado para el próximo año. El repunte se motiva en el «desvanecimiento del impacto adverso de la alta inflación sobre los ingresos reales».

Fuera de los países de la OCDE, las previsiones del ‘think tank’ apuntan a una peor evolución de la economía china a causa de una demanda doméstica «débil» y por el «estrés estructural» en el mercado inmobiliario. Así, la expansión del PIB será del 5,1% este año, frente al 5,4% previsto en junio, mientras que habrá un crecimiento del 4,6% en 2024, cinco décimas menos.

Sobre los países emergentes, Brasil ha visto revisado su crecimiento de 2023 en un punto y medio más, hasta el 3,2% por una climatología benigna durante el primer semestre del año que ha impulsado la producción agrícola. La India y Sudáfrica también han visto ambas mejoradas sus estimaciones de PIB en tres décimas, hasta el 6,3% y el 0,6%, respectivamente.

RIESGOS A LA BAJA DEL CRECIMIENTO

En cualquier caso, la OCDE advierte de que el crecimiento sigue estando por debajo de la media histórica y que «los riesgos se inclinan a la baja», señalando como principal incertidumbre la velocidad de transmisión de las decisiones en política monetaria y la «persistencia de la inflación».

«Los efectos adversos de los altos tipos de interés podrían ser más fuertes de lo anticipado, y la persistencia de la inflación puede requerir un endurecimiento monetario adicional que podría exponer vulnerabilidades financieras», ha explicado la OCDE.

En este sentido, el organismo con sede en París ha recomendado que la política monetaria siga siendo «restrictiva» hasta que haya «signos claros» de que la inflación subyacente ha sido controlada. La OCDE ha asegurado que los tipos de interés «parecen encontrarse en su pico o cerca de él» en la mayor parte de los países, incluidos Estados Unidos y la zona euro.

Asimismo, una desaceleración de China más fuerte de lo esperado suma «riesgos añadidos» que impactarían sobre el crecimiento en el resto del mundo. De producirse una caída interanual del 3% en la demanda doméstica del ‘gigante asiático’, el crecimiento del PIB mundial podría verse recortado hasta en seis décimas en el primer año y el volumen comercial haría lo propio en un 1,25%.

El impacto sobre el PIB de los países europeos de la OCDE y América del Norte sería de unas pocas décimas, viéndose principalmente afectadas otras naciones asiáticas o las productoras de materias primas.

Sin embargo, de sumarse a la anterior circunstancia un endurecimiento de las condiciones de financiación, la afectación sería mayor; cercana a un punto del PIB en los países desarrollados. En este caso hipotético, el avance la actividad económica global sería un 1,1% menor, con el volumen de bienes y servicios cediendo un 2,75%. En consecuencia, el fenómeno tendría un carácter deflacionario y restaría cuatro décimas del alza de precios previsto.

Por otro lado, los gobiernos se enfrentan a crecientes presiones fiscales derivadas del aumento de la deuda fruto del envejecimiento de la población, la transición ecológica y el creciente gasto en defensa.

La OCDE ha sostenido que hay que redoblar los esfuerzos a corto plazo para reconstruir planes fiscales creíbles a medio plazo que alineen mejor las políticas macroeconómicas y garanticen la sostenibilidad de la deuda.

SOLUCIONES

Con el objeto de mejorar las perspectivas macroeconómicas, la OCDE ha recomendado reducir las barreras en el mercado laboral y a la producción; impulsar el desarrollo del conocimiento y ‘know-how’ para mejorar los niveles de inversión, productividad y participación laboral, así como hacer el crecimiento «más inclusivo».

Por otro lado, el documento resalta lo «primordial» del comercio internacional por ser una «importante fuente de prosperidad a largo plazo tanto para las economías avanzadas como las emergentes». Según la OCDE, las preocupaciones en torno a la seguridad económica no deben impedir «aprovechar la toma de oportunidades» de reducir las barreras al comercio, especialmente en el sector servicios.

Igualmente, la entidad multilateral ha animado a los gobiernos a cooperar y coordinarse en los esfuerzos de mitigación de emisión de CO2.

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