Se trata del primer aumento en la tasa desde febrero, cuando marcó 8,7 por ciento y empezó a debilitarse de forma continuada. En mayo, la inflación se situó en el 6,1 por ciento.
En junio, según Destatis, el mayor lastre para los consumidores fueron los precios de los alimentos, que subieron más del 13,7 por ciento. Los de la energía, por su parte, subieron solo un 3,0 por ciento. El año anterior, los precios de la energía se dispararon como consecuencia del ataque ruso a Ucrania.
«Las elevadas tasas de inflación, que actualmente se sitúan en torno al seis por ciento, están mermando notablemente el poder adquisitivo de los hogares e impiden que el consumo privado contribuya positivamente», analizó recientemente Rolf Bürkl, experto en consumo de la empresa de investigación GfK.
Según dicha empresa, el temor a un nuevo aumento de la inflación, por un lado, y a una recesión de la economía, por otro, están haciendo mella en el ánimo de los consumidores alemanes.
«La evolución actual del ánimo de los consumidores indica que estos vuelven a estar más intranquilos», señaló Bürkl. «Esto se refleja, entre otras cosas, en el hecho de que la propensión al ahorro ha vuelto a aumentar este mes», subrayó.
Hace un año, en junio de 2023, la inflación se vio limitada por la introducción del abono de transporte público de 9 euros (9,78 euros), cuya vigencia se limitó a tres meses, y las subvenciones a los combustibles. Sin embargo, dichos efectos han desaparecido ahora.
«Sin estos dos efectos de base, que seguirán manteniendo la tasa anual de inflación alta de manera aritmética en julio y agosto, la tasa de inflación probablemente habría seguido bajando este mes», explicó Sebastian Becker, economista del Deutsche Bank.
«Las cifras de junio solo interrumpen la tendencia a la baja de la inflación, pero aún no marcan su final», valoró por su parte el economista jefe de Commerzbank, Joerg Krämer. Su homólogo en ING, Carsten Brzeski, también consideró que las cifras de junio son una «pausa temporal» y pronosticó que, después del verano, el descenso de la inflación volverá a producirse.
El Gobierno federal ha tomado medidas para intentar aliviar la situación con topes a los precios del gas natural, la electricidad y la calefacción urbana.
También tuvo efecto la introducción del abono mensual de transporte público para bus y tren «Deutschlandticket» a partir del 1 de mayo, con un precio de 49 euros. Los informes de inflación de los estados federados indicaron que muchas personas gastaron menos en los desplazamientos al trabajo y otros viajes.
El Banco Central Europeo (BCE) también intenta frenar la inflación con tipos de interés más altos. Tras siete subidas consecutivas, el principal tipo de interés de la zona monetaria de 20 países se sitúa ahora en el 3,75 por ciento, y se esperan nuevas subidas. Sin embargo, según los economistas, la inflación aún elevada en Alemania y en el conjunto de la zona euro no desaparecerá rápidamente.
