Los hechos se produjeron cerca de Dhayra, cuando efectivos de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) registraban viviendas. «Al darse cuenta de que estaban siendo observados», abrieron fuego contra el puesto de la FINUL, como ha explicado la misión, sin especificar posibles daños.
La FINUL ya había denunciado otras acciones «deliberadas» de las fuerzas israelíes, con ataques sobre instalaciones y personal de la misión. El Gobierno de Benjamin Netanyahu, de hecho, ha pedido a los ‘cascos azules’ que abandonen la zona y ha denunciado que Hezbolá los utiliza de «escudos humanos».
«Pese a la presión ejercida sobre la misión y los países con tropas, las fuerzas de paz siguen en sus posiciones y desarrollando su labor», ha recalcado el contingente, en un comunicado en el que ha recordado a todas las partes que tienen la «obligación» de garantizar la seguridad del personal y de las instalaciones de Naciones Unidas.
«Cualquier ataque deliberado», ha advertido, supone «una grave violación del Derecho Internacional Humanitario y de la resolución 1701», pilar sobre el que se sustenta el despliegue de la FINUL en la denominada ‘Línea Azul’ entre Israel y Líbano.