La economía alemana se contrae en el tercer trimestre y aumenta de nuevo el temor a la recesión

La economía alemana se contrae en el tercer trimestre y aumenta de nuevo el temor a la recesión

El PIB del tercer trimestre cae una décima. El retroceso del consumo de los hogares alemanes fue el principal lastre.

alemania berlin puerta de brandenburgo

Puerta de Brandeburgo (Berlín, Alemania)

La economía alemana volvió a contraerse en el tercer trimestre. Fue por la mínima —un -0,1% intertrimestral—, pero eleva el riesgo de que la mayor economía europea se encamine hacia una recesión.

El PIB cayó un 0,1% respecto a los tres meses anteriores, según la primera estimación hecha pública este lunes por Destatis. En términos interanuales, la economía retrocedió un 0,3% en el tercer trimestre. Los detalles del PIB no se publicarán hasta finales de noviembre, pero los datos disponibles, así como el comunicado de prensa de la oficina de estadística, sugieren que el consumo de los hogares fue el principal lastre.

El mercado espera una contracción del 0,2% respecto al segundo trimestre. Destatis, además, ha revistado al alza las cifras del arranque del año, cuando se produjo un estancamiento, frente a la caída del cálculo anterior que implicada la entrada en recesión técnica de la economía alemana.

No obstante, las cifras conocidas hoy no harán mucho por acallar el debate sobre si Alemania —la única gran economía que el FMI espera que se contraiga este año— es o no el enfermo de Europa. De hecho, desde que comenzó la guerra e Ucrania, la economía alemana ha crecido solo en dos de los últimos seis trimestres. Además, se mantiene muy cerca aún de su nivel anterior a la pandemia.

OBSTÁCULOS CÍCLICOS Y DESAFÍOS ESTRUCTURALES

“Este débil comportamiento del crecimiento tiene una larga lista de explicaciones: está el viento en contra cíclico derivado de la inflación, unos precios de la energía aún elevados y la incertidumbre energética, unos tipos de interés más altos y el cambio de papel de China, que ha pasado de ser un floreciente destino de las exportaciones a ser un rival que necesita menos productos alemanes. Pero también hay retos estructurales bien conocidos, que van desde la demografía a la transición energética y la escasez de inversiones”, aseguran los analistas de ING.

Estos expertos advierten de que, de cara al futuro, no es probable que ni los obstáculos cíclicos ni los desafíos estructurales desaparezcan o cambien a corto plazo.

EN ZONA DE PENUMBRA

“El endurecimiento de la política monetaria del BCE, el hecho de que aún no se haya invertido el ciclo de inventarios y las nuevas incertidumbres geopolíticas seguirán pesando sobre la economía alemana. Las debilidades estructurales se han acumulado durante al menos una década, por lo que es casi imposible que se produzca un cambio rápido. En consecuencia, parece que la economía alemana permanecerá en la zona de penumbra entre una contracción menor y el estancamiento, no solo este año, sino también el próximo”, añade el banco holandés.

Altos funcionarios, entre ellos el presidente del Bundesbank, Joachim Nagel, han advertido contra un exceso de pesimismo, señalando la capacidad de adaptación del país. Sin embargo, han reconocido la necesidad de actuar. Así, la semana pasada, el ministro de Economía, Robert Habeck, instó a tomar decisiones para salvaguardar el país como destino empresarial.

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