La dependencia de la UE de los combustibles fósiles vuelve a superar la barrera del 70%

Energía

La dependencia de la UE de los combustibles fósiles vuelve a superar la barrera del 70%

Este porcentaje en España superó el 74% en 2022, el más alto desde el año anterior a la pandemia.

barril petroleo

Barriles de petróleo

La dependencia de la Unión Europea (UE) de los combustibles fósiles para su abastecimiento energético global se situó en el 70,9% en 2022, según los datos publicados por Eurostat. Se trata de un ligero aumento respecto a los niveles de 2021, donde se situaba en el 69,9%.

Aunque es el segundo repunte consecutivo anual desde la pandemia, el porcentaje ha disminuido significativamente en las últimas décadas. Desde 1990, primer año del que se dispone de datos, se redujo en unos 11,5 puntos porcentuales (pp), debido sobre todo al aumento de las energías renovables.

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Pese al avance de las energías limpias, la dependencia de España del petróleo, carbón, gas natural y gas licuado del petróleo continúa por encima de la media europea. El porcentaje ascendió al 74,04%, el más alto desde 2019, aunque muy lejos del 84,73% que marcó en 2007, cuando tocó máximos históricos.

En 2022, Malta (96,1%) seguía siendo el país de la UE con mayor proporción de combustibles fósiles en la energía bruta disponible, seguido de Chipre (89,3%) y los Países Bajos (87,6%). La mayoría de los demás países del bloque tenían cuotas de entre el 50% y el 85%. Solo las de Suecia (30,4%) y Finlandia (38,3%) eran inferiores al 50%.

Los mayores descensos, aunque bastante limitados, de esta cuota de dependencia se dieron en Letonia (-3,7 pp), Eslovaquia (-2,1 pp) y Hungría (-1,9 pp). Los mayores aumentos se registraron en Estonia (+4,2 pp), Francia (+2,9 pp) y Bulgaria (2,8 pp).

El año 2022 también fue excepcional desde el punto de vista energético. Fue el primer año natural completo tras el levantamiento de las principales restricciones relacionadas con el Covid y también estuvo marcado por la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero y las subidas de precios de diversos productos energéticos.

Además, se observó un descenso de la producción de energía nuclear en 2022. Aunque las fuentes de energía renovables aumentaron, esto no fue suficiente para compensar la disminución de la energía nuclear.

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