La recuperación de la confianza empresarial continúa en España, pero lo hace con señales de cierta cautela por parte del tejido productivo. El INE ha publicado los datos del ICEA correspondientes al tercer trimestre del año, que muestran una mejora global del indicador, aunque se modera el entusiasmo respecto a las expectativas. El resultado refleja un contexto económico donde, a pesar del crecimiento, persisten incertidumbres para muchas empresas.
Tercer trimestre al alza: la confianza sigue creciendo
El ICEA aumentó un 1,1% entre julio y septiembre, un punto por encima del avance registrado en el segundo trimestre (0,1%). Con este repunte, el índice encadena tres trimestres consecutivos en positivo, lo que evidencia una recuperación progresiva del ánimo empresarial desde mediados de 2023.
Este crecimiento se interpreta como una señal de fortaleza de la economía empresarial, especialmente en sectores y regiones que comienzan a consolidar sus niveles de actividad tras la desaceleración del año pasado.
La confianza empresarial acumula tres trimestres en positivo, con una mejora del 1,1% en verano
Expectativas a la baja: más empresas temen un empeoramiento
Aunque el índice general sube, el balance de expectativas —diferencia entre empresarios optimistas y pesimistas respecto al futuro inmediato— baja a 9,6 puntos, frente a los 11,2 del trimestre anterior.
Este descenso responde al aumento del porcentaje de empresarios que prevén una marcha desfavorable de su negocio: un 14,1%, frente al 11,6% anterior. Al mismo tiempo, cae la proporción de quienes anticipan una evolución “normal”, desde el 65,6% al 62,2%, mientras los optimistas apenas suben ocho décimas, hasta el 23,7%.
Aumentan los empresarios pesimistas, lo que reduce el balance de expectativas hasta los 9,6 puntos
Mejor percepción del trimestre finalizado
En contraste con las expectativas, el balance de situación —que mide la valoración del trimestre que acaba de concluir— mejora significativamente, al pasar de 4,5 puntos a 10,6 puntos. Esto indica que muchas empresas consideran que su desempeño reciente ha sido mejor de lo esperado, aunque mantengan reservas sobre el futuro.
Esta percepción positiva refuerza la idea de que el entorno empresarial sigue avanzando, pero con prudencia ante factores como el consumo interno, los costes financieros o la inestabilidad internacional.