La caída de la economía sumergida impulsa un salto récord en los ingresos fiscales

Impuestos

La caída de la economía sumergida impulsa un salto récord en los ingresos fiscales

El Covid y las políticas de apoyo económico relacionadas presionaron e incentivaron la salida a la luz de actividades clandestinas, que ahora se recogen en las estadísticas públicas y afectan a la recaudación de impuestos, asegura Financial Times.

Dinero

Dinero

España está disfrutando de un aumento récord en los ingresos fiscales que no tiene parangón entre sus pares europeos, después de que la pandemia obligara a salir de las sombras a la actividad empresarial clandestina, destaca este jueves Financial Times.

De enero a noviembre del año pasado, los ingresos fiscales netos alcanzaron su nivel más alto desde que existen registros, con un aumento del 15,9% respecto al mismo periodo de 2021 y una aportación adicional de 33.000 millones de euros a las arcas públicas. La recaudación ya registró un repunte del 14,9% en 2021 (27.000 millones más), según la Agenda Tributaria.

Para poner las cifras en perspectiva, el Gobierno de Pedro Sánchez pretende recaudar anualmente solo 3.500 millones de euros con los impuestos extraordinarios a la banca y las empresas energéticas, que entrarán en vigor en 2023.

El aumento de los ingresos fiscales en los dos últimos dos años es especialmente positivo para España, dada su enorme carga de deuda pública, pero aún no está claro si se convertirá en permanente. Dependerá de la durabilidad de los cambios de comportamiento inspirados por la pandemia.

AUMENTO DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO

Una de las razones de este aumento de la recaudación es el crecimiento económico. El Gobierno asegura que en 2022 el PIB creció más de un 5%. Otro factor importante -que representa la mitad del aumento según algunos cálculos- es la elevada inflación, un factor presente en todas partes. Pero según destaca Financial Times, las ganancias proporcionales de España en 2021 superaron los aumentos de Francia, Alemania, Italia, Portugal y Grecia, incluso teniendo en cuenta la inflación.

Como apunta el diario británico, economistas y funcionarios del Ministerio de Hacienda atribuyen la diferencia en parte a los cambios en la economía sumergida, una turbia zona de actividad no registrada que abarca desde trabajadores agrícolas informales hasta fontaneros que no declaran ingresos en efectivo y restaurantes que pagan algunos salarios en ‘negro’.

Su invisibilidad ha facilitado durante mucho tiempo la evasión fiscal, para consternación de los gobiernos, pero el Covid y las políticas de apoyo económico relacionadas presionaron e incentivaron la salida a la luz de actividades clandestinas, que ahora se recogen en las estadísticas públicas y afectan a la recaudación de impuestos.

Así, Ángel de la Fuente, director ejecutivo de Fedea, asegura al diario británico, que mucha gente se dio cuenta durante la pandemia que con contratos legales podrían pedir ayuda al gobierno si las cosas se ponían difíciles.

En octubre de 2022, Jesús Gascón, secretario de Estado de Hacienda, dijo: “Si no estás en el radar, no recibes las ayudas”.

El Gobierno estima que desde 2019 se ha producido un afloramiento de empleo procedente de la economía sumergida de 285.000 afiliados a la Seguridad Social, de los cuales 250.000 serían asalariados y 35.000 autónomos.

Al anunciar sus últimos datos a finales de diciembre, la Agencia Tributaria dijo que los mayores ingresos fiscales reflejaban aumentos en la recaudación del IVA, el IRPF y el impuesto de sociedades, todos los cuales mostrarían el impacto de una actividad antes clandestina que se había convertido en oficial. Confirmó que las nuevas cifras marcaban un récord en un conjunto de datos que se remonta a 1995.

EL 17,2% DEL PIB

Según un estudio del FMI de 2018, la economía sumergida en España equivalía al 17,2% del PIB, una proporción menor que en Italia, Grecia y la mayor parte de Europa del Este, pero mayor que en Portugal y el resto de Europa occidental.

La actividad informal en España creció en los años 80 y principios de los 90 tras un endurecimiento de las normas fiscales, ya que el gobierno intentaba adaptar el país a las normas europeas tras el fin de la dictadura y la vuelta a la democracia. Las mayores economías sumergidas son Andalucía y las Islas Canarias, dos regiones en las que el turismo sustenta muchos restaurantes y bares y en las que suelen abundar los pagos en negro.

Más información