Un nuevo escándalo de corrupción golpea a los conservadores franceses un día después de la debacle del bipartidismo galo

Elecciones europeas

Un nuevo escándalo de corrupción golpea a los conservadores franceses un día después de la debacle del bipartidismo galo

    Nicolás Sarkozy, expresidente de Francia

    El partido de Sarkozy -que ha quedado segundo en las elecciones europeas- vuelve a ser objeto de un escándalo al ser acusado de haber acudido con financiación irregular a la campaña del 2012. El Frente Nacional, que se ha alzado con la victoria en las elecciones europeas celebradas en Francia, tiene –al margen de sus promesas electorales- dos grandes aliados a la hora de hacerse con la mayoría de los votos: la incapacidad del Gobierno socialista para impulsar la economía del país y los casos de corrupción que salpican a la oposición conservadora.

    Precisamente este mismo lunes, y menos de 24 horas después de conocerse el resultado de los comicios, el escándalo del gabinete Bygmalion, que se presentaba hasta ahora como un presunto desvío de fondos que afectaba a la dirección de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), derivó en acusaciones de financiación irregular de la campaña en 2012 del entonces presidente francés, Nicolas Sarkozy.

    Según las últimas informaciones, el origen de este giro estuvo el gabinete de comunicación Bygmalion, fundado por dos personas muy próximas al presidente de la UMP, Jean-François Copé, investigado por haber emitido presuntamente facturas falsas. El abogado de Bygmalion, Patrick Maisonneuve, afirmó en conferencia de prensa que la empresa había emitido esas facturas por más de diez millones de euros para mítines de Sarkozy, que de forma indebida se habían imputado a convenciones de su partido.

    Maisonneuve aseguró que fue la UMP la que decidió atribuir esos recibos de forma irregular, por eso indicó que «es más bien el escándalo de las cuentas de campaña del candidato Sarkozy». El letrado insistió en que Bygmalion no financió a Copé «ni con carácter personal ni en el plano político», y que «nadie ha robado».

    El hecho es que en la tarde del lunes, tras las palabras de Maisonneuve, las oficinas de este gabinete de comunicación, la sede de la UMP y los locales de la asociación política de su presidente fueron objeto de un registro por parte de policías de la brigada financiera.

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