El Frente Nacional, que consiguió un 6,3% de los sufragios en las anteriores europeas de 2009 con 3 diputados, podría tener ahora entre 23 y 25 escaños. El primer ministro francés, Manuel Valls, ha escenificado la preocupación que vive el Gobierno francés ante el auge experimentado por la ultraderecha en estos comicios europeos, donde el Frente Nacional de Le Pen ha conseguido ser la fuerza más votada con más de un 25% de los votos. El nuevo delfín de François Hollande ha tardado menos de 24 horas en anunciar recortes de impuestos.
“Hay que dedicarse a la baja fiscalidad”, ha declarado esta mañana, antes de añadir que “tiene que haber nuevas bajadas de impuestos porque la situación se ha vuelto insoportable”. Según el primer ministro, las subidas de impuestos “han erosionado la confianza entre los franceses y los servicios públicos”.
Valls ha reconocido, a su vez, que ayer el país sufrió un «seísmo» por el triunfo de Le Pen y el hecho de que los socialistas hubieran quedado relegados a la tercera posición, tras el conservador UMP –que ha conseguido el 21% de los votos, frente al 14,5% obtenido por el Partido Socialista-. Sin embargo, desde el Elíseo mantienen su voluntad de terminar el mandato.
El Frente Nacional, que consiguió un 6,3% de los sufragios en las anteriores europeas de 2009 con 3 diputados, y cuyo anterior récord en este tipo de comicios era del 11,7% en 1989, podría tener ahora entre 23 y 25 escaños del total de 74 que están en juego en Francia. Entre los muchos perdedores de estos comicios también han estado Los Verdes, que con un 8,7% han acabado muy lejos del 16,3% que habían obtenido hace cinco años.
