El BCE acude en socorro de la Eurocámara para conseguir endurecer la unión bancaria pese al enfado de Berlín

Crisis del euro

El BCE acude en socorro de la Eurocámara para conseguir endurecer la unión bancaria pese al enfado de Berlín

Sede del BCE

Estrasburgo contacta con Mario Draghi para presionar a Alemania y que ésta permita endurecer el acuerdo alcanzado a finales de año sobre la unión bancaria. La Eurocámara ha contactado con el Banco Central Europeo (BCE) para organizar un frente común contra Alemania, que se opone a que el Parlamento toque una sola coma del acuerdo logrado a finales del año, y a instancias de Berlín, para implantar la unión bancaria en el Viejo Continente.

El que se presentaba como el gran proyecto europeo para mejorar la arquitectura institucional de la zona del euro sólo pudo ser aprobado después de que todos los socios aceptasen las condiciones de Alemania. Ahora el Parlamento –que se encuentra en año electoral- quiere retocar algunas de esas condiciones, pero Wolfgang Schäuble, ministro de Finanzas alemán, ha amenazado con vetar la puesta en marcha del mecanismo único de resolución si esto sucediese.

Ante esta circunstancia, Estrasburgo ha decidido llamar a Mario Draghi. Según ha informado el diario El País, la Eurocámara y el BCE están de acuerdo en que hay que modificar al menos dos cosas.

Una: el proceso de toma de decisiones es demasiado complejo, y la idea de la pinza BCE-Parlamento es que el Eurobanco tenga más poder de decisión y rinda cuentas a la Cámara. Y dos: el mecanismo crea un fondo de resolución, pero durante un periodo de transición de 10 años no se tratará de un fondo común (apenas habrá mutualización), sino que estará dividido en compartimentos estanco nacionales; solo al final de esos 10 años habrá una resolución bancaria genuinamente europea.

El BCE y la Eurocámara han acordado dar la batalla para reducir ese largo periodo de transición a cinco años, contra el criterio de Alemania, que ve esos cambios como una amenaza por la posibilidad de tener que rascarse el bolsillo antes de lo previsto. La institución que preside Draghi ya criticó en su día con inusitada dureza las propuestas de Berlín, que al final se aprobaron sin apenas cambios. Pero tras el pacto alcanzado en el Ecofin, el regulador bancario rebajó el tono y desde entonces ha mantenido perfil bajo, con la diplomacia por bandera, destacando las bondades de un acuerdo a todas luces cojo respecto a la ambición inicial.

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