La prensa británica continúa minimizando el conflicto de Gibraltar: The Guardian recomienda «partirse de risa»

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La prensa británica continúa minimizando el conflicto de Gibraltar: The Guardian recomienda «partirse de risa»

El diario británico The Guardian, de tinte laborista y uno de los pocos que habla del conflicto en el Peñón, ha publicado un reportaje sobre Gibraltar en el que predomina un tono satírico al que el autor, Stephen Moss, pone el punto y final con una conclusión: lo mejor que uno puede hacer al hablar del Peñón es partirse de risa.

El reportaje comienza con las declaraciones de Leoncio Fernández Ramos, presidente de la asociación de pescadores de La Línea de la Concepción y de San Roque. El periodista utiliza las palabras de este andaluz para aclarar dos cosas: cuál es el origen del conflicto diplomático actual –la pesca- y la repercusión mediática que está teniendo el asunto –Ramos le dice a Moss que tiene que darse prisa porque hay una televisión checa esperando-.

Luego Moss decide cruzar la frontera y moverse por Gibraltar. Su relato parece una comedia de aventuras; debe esquivar la “piscina de vómito” dejada en la calle principal por los militares borrachos llegados unas horas antes en la fragata HMS Westminster para terminar entrevistando a un septuagenario que vende CDs con canciones patrióticas gibraltareñas y al que su mujer le dice que se calle cuando las entona porque molesta a la gente de las terrazas. También relata con tono sarcástico su encuentro con diferentes gibraltareños “más británicos que los británicos” y cómo estos se ven a sí mismos.

El enviado del The Guardian, ya en un tono algo más serio, comenta hacia el final del artículo que muchos de los españoles enfadados con Gibraltar no buscan ganar la soberanía sobre el Peñón –cuyo único atractivo financiero reside en su calidad de paraíso fiscal, dado que carece de industria alguna- ni tampoco actúan como títeres del Gobierno de Mariano Rajoy, sino simplemente pescar en paz en esas aguas tan polémicas.

«Por el momento, el gran verano del descontento mantiene a todos contentos. El Gobierno de Madrid ha encontrado una utilidad divertida; los gibraltareños pueden hacer lo que más les gusta -ondear sus banderas, recibir a la marina y volver a la mentalidad de asediados que siempre les ha definido- y los grandes medios de comunicación tienen su historia», termina por escribir Moss, que apunta a que las verdaderas víctimas son los que tienen que aguantar las colas kilométricas para pasar al otro lado. En su mayoría, españoles.

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