El bróker italiano detenido por el caso del Banco Vaticano tuvo relación con varios ministros de Rajoy

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El bróker italiano detenido por el caso del Banco Vaticano tuvo relación con varios ministros de Rajoy

Papa Francisco

El bróker italiano que ha sido detenido en una investigación de fraude y corrupción vinculada al misterioso Banco Vaticano es un viejo conocido en Gran Canaria, lugar de donde es natural su esposa y lugar en el que, durante años, sostuvo una pirámide financiera que terminó en una avalancha de demandas contra su persona. Además, el don de gentes de Giovanni Carenzio le ayudó a destacar durante años en el entorno político del PP granjeándole el trato con varios ministros del actual gobierno.

Nombres como Ana Pastor, la ministra de Fomento, José Manuel Soria, el ministro de Industria, Turismo y Energía, o Antonio López-Istúriz, un antiguo ayudante personal de José María Aznar y actual secretario general de la Internacional Demócrata de Centro (IDC) además de eurodiputado en Bruselas, figuraron en apariencia y durante algún tiempo en la agenda de contactos que manejaba Carenzio, quien este viernes ha aparecido en los titulares de todo el mundo junto al prelado Nunzio Scarano y el exagente de los servicios secretos italianos, Giovanni Maria Zito.

El bróker, según explican los periodistas del diario canario La Provincia que han seguido el rastro de sus acciones en las islas, figuraba como miembro del comité ejecutivo de la IDC gracias a una trayectoria política en su país de origen, hasta llegó a ser designado en el año 2007 por el propio López-Istúriz como el delegado de la esta organización frente al Fondo Monetario Internacional (FMI) y las Naciones Unidas. A principios de esa misma década, Carenzio ya había comenzado a codearse con la realeza europea en Italia, organizando cenas y eventos para, entre otros, Álvaro de Marichalar, el excuñado de la infanta Elena.

Todos los indicios parecen indicar que Giovanni, casado con la española María Dolores Inés Molina de Aguilar, una mujer de alta alcurnia, se instaló en Gran Canaria a principios de la década pasada. Durante diez años estuvo ganándose la confianza, gracias sobre todo a sus contactos en el plano político, de la alta sociedad de la isla, que comenzó a confiar en él para invertir dinero. Sin embargo, en el año 2010 comenzaron las dificultades económicas del bróker coincidiendo con la llegada de la crisis financiera a Europa. Carenzio comenzó a tener problemas para enfrentar los pagos, por lo que terminó huyendo de nuevo a Italia –en concreto a Nápoles- acosado por la Justicia española y los acreedores. Las estimaciones dicen que adeuda varios millones de euros.

La rumorología de la isla se debate desde hace algunos años sobre qué escondía Carezio. ¿Era un lobo solitario que utilizó algún tipo de arquitectura financiera para estafar a sus allegados en su propio beneficio o estaba, quizás, vinculado a alguna red de crimen organizado? No hay pruebas que decanten el debate en ninguna dirección, aunque su detención esta semana por su implicación en el escándalo del Banco Vaticano podría acelerar los trámites que siguen su curso en las Islas Canarias y desentrañar, parcialmente al menos, el misterio.

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