El próximo mes de octubre EEUU pondrá en marcha su nuevo año fiscal, marcado por más recortes en el capital que el Estado destina a los programas para estimular la democracia en Cuba.
Aunque no afecta a todos por igual, los medios de comunicación creados durante la Administración de Ronald Reagan para intentar contrarrestar las transmisiones del Gobierno cubano en las mismas frecuencias, Radio y TV Martí, han comenzado a despedir personal anticipándose a este recorte de financiación.
En concreto, la Oficina de Trasmisiones para Cuba recibirá 4,2 millones de dólares menos que en el anterior año fiscal, lo que ha llevado a estas cadenas a despedir al 21% de su plantilla.
Algunos críticos opositores al régimen cubano, con residencia en Miami para ser más exactos, han comenzado a especular ya con la idea de que las menores ayudas a estas emisoras están dirigidas única y exclusivamente a su ‘desmantelamiento’, algo que podría costarle un tanto caro al presidente Barack Obama.
Los más influyentes anticastristas de la región, incluidos algunos congresistas claves para que Obama saque adelante todas sus reformas, ven a las cadenas Martí como una herramienta informativa gracias a la cual los cubanos pueden obtener información no oficial y que está prohibida para ellos.
