Los especuladores le pierden el respeto a Alemania

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Los especuladores le pierden el respeto a Alemania

Alemania, la gran potencia de la zona del euro y cuya deuda era hasta ahora un valor refugio de referencia en el mundo, ya no impone tanto respeto como antaño. Precisamente, la evolución del bund en las últimas semanas da una idea de cómo los especuladores comienzan a lanzar avisos a Berlín: en su formato a diez años los papeles soberanos germanos ofrecían, hace dos semanas, una rentabilidad del 1,8%, cifra que a día de hoy asciende hasta el 2,16%. La tendencia ascendente es evidente y, a su vez, preocupante.

Los operadores más agresivos de los mercados financieros están aprovechando una coyuntura favorable a modo de excusa para atacar al corazón económico de la divisa comunitaria. No les faltan argumentos. Por un lado, la resistencia más que sospechosa de los bancos alemanes a aceptar las pruebas de solvencia de Bruselas cada vez que se anuncian unas. Por el otro, las últimas palabras pronunciadas por Josef Ackermann, presidente del Deutsche Bank (el banco más influyente del país por capitalización bursátil), que ha dicho que los mercados no tienen dinero suficiente para asumir las recapitalizaciones de las entidades europeas. Y por último, las perspectivas macroeconómicas del país.

Porque los insitutos económicos alemanes han dado una mala noticia al Gobierno de Angela Merkel. En su informe de perspectivas de otoño estimaron que el Producto Interior Bruto (PIB) de Alemania crecerá un 2,9 % este año -cuando se había llegado a apuntar un repunte del 3,6 %- y apenas un 0,8 % en 2012, lejos del 2 % previsto anteriormente. Además, estos institutos pronosticaron una mejora moderada del resto de indicadores macroeconómicos de Alemania para el año que viene y un empeoramiento de la situación en la mayoría de países periféricos de la región, con España rozando la recesión y Grecia y Portugal en negativo.

Normalmente, cuando el interés de las deudas periféricas asciende, el del bund alemán se reduce. Porque los inversores más conservadores acuden a él para alejarse de los fantasmas de la especulación. Pero de unos días a esta parte esta ecuación no funciona. Sube la rentabilidad de los bonos periféricos (el diez años italiano roza ya el 5,9% y el griego el 24,1%) y sube también la del bund, que este martes aún se mantenía en el 2,06%. Aunque a comienzos de la crisis financiera el papel germano llegó a superar el 3%. Pero entonces no había en los mercados ni la mitad de dudas sobre sus finanzas de las que existen ahora.

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