La economía de la India, uno de los grandes países emergentes, que parecía a punto de consolidarse como nueva potencia mundial y regional empieza a registrar serios signos de debilitamiento, según la opinión de los analistas que auguran muchas dificultades para este país en el medio plazo.
Para los expertos el origen del problema se relaciona con la crisis económica mundial que ha supuesto un frenazo para la demanda externa, que era el verdadero motor de crecimiento que tiraba del país. También habría tenido influencia el endurecimiento aplicado por el banco central a la política monetaria.
En este contexto, según los últimos informes de coyuntura publicados, no parece probable que el PIB crezca por encima del 6,5% a lo largo del año, debilitado por la contracción de la producción manufacturera.
Otro elemento negativo que lastra la posibilidad de que la economía acelere su actual ritmo de crecimiento es la fuerte caída que ha experimentado la la Inversión Extranjera Directa, que ha hecho retroceder la cotización de la rupia un 23% en lo que va de año.
