Los recortes impuestos por Alemania a los países rescatados siguen en el centro de la polémica. El último episodio, por ahora, de esta tendencia, lo acaba de protagonizar el Tribunal Constitucional portugués que ha bloqueado algunas medidas centrales de los planes de ajuste presentados por el primer ministro luso, Pedro Passos Coelho.
La mayor instancia judicial portuguesa ha considerado que se viola la constitución si se imponen recortes en los salarios que afecten sólo al funcionariado, en referencia a la eliminación de dos pagas extras que el Gobierno había decretado con la intención de ahorrar unos 1.000 millones de euros para cumplir con los ajustes de Bruselas.
Tras la decisión judicial Passos Coelho tendrá que buscar otras fórmulas para conseguir el mismo ahorro, de tal modo que le resulte factible alcanzar la cifra marcada como objetivo de déficit que ha quedado fijada en el 3% para 2013.
La oposición portuguesa exige ahora al primer ministro que renegocie con la Comisión Europea los plazos y los términos pactados en el plan de rescate, por valor de 78.000 millones de euros acordado con la UE. Consideran que el exceso de austeridad estrangula la economía y hace caer los ingresos fiscales.
