El presidente electo de Rusia, Vladimir Putin, planea poner en marcha una nueva ronda de privatizaciones en cuanto sea investido oficialmente, según han declarado a la agencia Dow Jones, fuentes de su entorno.
El plan se extendería hasta 2014 y afectaría a un número de compañías por determinar entre las que podrían encontrarse algunas de las principales empresas estatales del país como Gazprom, la mayor productora de gas del mundo.
El proyecto, que todavía no ha sido concretado al detalle, parte con objetivos muy ambiciosos pues pretende recaudar más de 33.780 millones de dólares, durante su periodo de vigencia.
La cifra ha desatado las especulaciones de los operadores de mercado que apuestan por la venta de porciones de capital de algunas compañías especialmente atractivas a determinados inversores internacionales, pero sin que el estado pierda el control del día día de las empresas y de los objetivos o las estrategias de negocio, porque seguiría siendo el accionista mayoritario.
Algunos analistas políticos, citados en varios blogs especializados, tienen otra visión. Piensan que Putin quiere iniciar un desembarco en las grandes empresas públicas de algunos de los poseedores de grandes fortunas que se mueven en su entorno, con la idea de que finalmente éstos tuvieran el control de las empresas cuando se privatice, a medio plazo, el 100% de su capital.
