Un sector de los conservadores británicos, con el apoyo de algunos medios de comunicación como el Daily Mail, ha puesto el grito en el cielo tras conocer que un fondo gestionado por Bruselas ingresa a Islandia 800 millones de libras (cerca de 960 millones de euros) al año.
El problema que ven estos políticos, liderados por el parlamentario Philip Davies, es que Islandia declinó pagar la deuda que tenían los bancos del país con sus acreedores británicos, entre otros. «Es inaceptable que un país que no nos quiere pagar los miles de millones de libras que nos debe reciba por otro lado un mísero penique nuestro», comentó Davies.
Tras la quiebra de varias entidades financieras islandesas, la deuda que éstas tenían con bancos y fondos británicos ascendía a los 2.300 millones de libras (2.756 millones de euros) y pasó a ser competencia de los políticos de la pequeña isla del Atlántico. Los islandeses votaron en dos referéndums que no querían hacerse cargo de estos pagos, y la deuda tuvo que ser pagada por el estado británico.
El fondo que gestiona Bruselas está destinado a inyectar dinero en los países que aspiran a entrar en la Unión Europea (UE). Así, tras recibir la ayuda estos países pueden realizar reformas estructurales que suavicen la pobreza en su territorio. Son ya varios los parlamentarios conservadores que han pedido a David Cameron que neutralice el funcionamiento de este mecanismo.
