Los ministros de Finanzas de la zona del euro evitaron este jueves dar su consentimiento definitivo al segundo rescate a Grecia, valorado en 130.000 millones de euros, al considerar que aún quedan algunos elementos legislativos por revisar y el canje de bonos por cerrar, a pesar de lo progresos realizados en materia de austeridad.
El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, reconoció al término de la reunión extraordinaria celebrada esta semana que Grecia ha tomado una acción «decisiva y rápida», y se mostró confiado en que las medidas que aún quedan pendientes de implementación sean completadas en breve. A principios de la semana el Gobierno griego decidió, entre otra serie de medidas, rebajar el sueldo mínimo de sus ciudadanos por debajo de los 600 euros.
Los ministros de Finanzas reconocieron avances en materia de consolidación fiscal, administración tributaria, reforma de las pensiones, regulación y supervisión del sector financiero, así como en las reformas estructurales para fomentar el crecimiento. No obstante, quedan algunas medidas por implementar y también debe completarse el canje de bonos entre el Gobierno griego y el sector privado, señalaron tras la reunión.
El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, explicó que el próximo 9 de marzo el Eurogrupo celebrará una conferencia telefónica en la que decidirá si Grecia ha cumplido con el listado de cuarenta condiciones previas para que se autorice el desembolso del rescate. «Nos hemos propuesto hacer la evaluación final después del cierre del periodo del canje de bonos en una teleconferencia, previsiblemente el próximo viernes», señaló.
Es entonces cuando se tendrá que constatar si ha habido suficientes acreedores privados que se han acogido al plan de aceptar la quita de más de la mitad del valor de la deuda griega que poseen, ya que si son menos del 75% no entraría en vigor dicho canje de bonos. El tiempo, en cualquier caso, vuela: Grecia tiene que pagar un plazo de 14.500 millones para lo que no tiene dinero el próximo 20 de marzo.
